Morelia, Michoacán
Tuvieron que pasar 37 años para que Rafael Caro Quintero, considerado el “narco de narcos” en México, fuera detenido por el crimen de un agente de la DEA, cuyo cuerpo fue encontrado en 1985 en un predio del estado de Michoacán.
Eran tiempos en que, en la entidad, agonizaba el gobierno del entonces priísta Cuauhtémoc Cárdenas (1980 – 1986), quien después emprendería la rebelión ante el régimen oficial que dio vida al Movimiento Democrático Nacional, el cual agrupó a los principales líderes de la izquierda a finales de esa década.
Caro Quintero, líder del Cártel de Guadalajara, encabezaba junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, el último gran monopolio de las drogas que operó en el país.
Dicha organización, que para entonces ya tenía tejidas alianzas con traficantes colombianos, había escalado potencialmente en los volúmenes de droga que enviaba a Estados Unidos.
Sin embargo, la decisión que dio comienzo a la extinción de esa alianza de cárteles, fue el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA.
A Camarena se le atribuye el haber descubierto en 1984 el rancho El Búfalo, en Chihuahua, donde Caro Quintero y sus aliados tenían el centro de producción y acopio de mariguana más grande del que se tenga registro, por lo que fue enseguida intervenido y desmantelado por el Ejército.
Unos meses después, Kiki Camarena y el piloto mexicano Alfredo Zavala fueron secuestrados en Guadalajara y sus cuerpos hallados sin vida, con marcas de tortura, el 5 de marzo de 1985. El hallazgo se realizó en El Mareño, un predio situado muy cerca del municipio de Zamora, Michoacán.
El reclamo de Cárdenas
El operativo para ubicar y recuperar el cadáver de Camarena, provocó un airado reclamo del gobernador Cuauhtémoc Cárdenas, al conocerse que fue realizado sin una orden judicial y con la intervención de agentes norteamericanos.
En el libro “Desperados” – así, Desperados, no Desesperados -, de Elaine Shannon, se describe, además, que policías judiciales michoacanos fueron desarmados y sometidos al llegar ese 5 de marzo a El Mareño, para investigar sobre el operativo desplegado sin que el gobierno estatal haya sido avisado.
“Aunque el gobernador Cuauhtémoc Cárdenas protestó enérgicamente, no se sabe que haya ordenado alguna acción judicial seria para investigar esta matanza”, refiere el libro.
A 37 años de distancia, muchas cosas han cambiado.
La producción de mariguana a gran escala, fue desplazada por la fabricación de drogas sintéticas y nunca volvió a formarse, al menos hasta la fecha, un monopolio de cárteles como el de hace cuatro décadas.
En el terreno político, Cárdenas se alejó de la vida partidista y su hijo, Lázaro Cárdenas Batel, funge desde diciembre del 2018 como jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador y, entre 2002 y 2008, gobernó Michoacán siguiendo los pasos de su padre.
Zamora y la zona donde fue hallado el cuerpo de Kiki Camarena, es considerada hoy en día una de las más violentas en México y el mundo, por la cantidad de homicidios dolosos.
Y la DEA, del luto que la cimbró en 1985, pasó al júbilo tras consumarse la captura de Caro Quintero el pasado viernes en un operativo realizado en Sinaloa.
“Durante más de 30 años, los hombres y mujeres de la DEA han trabajado incansablemente para llevar a Caro Quintero ante la justicia. El arresto es el resultado de años de sangre, sudor y lágrimas”, dijo la jefa de la agencia antidrogas estadounidense, Anne Milgram.