Gambito social

“El príncipe debe ser tan prudente
que sepa evitar la infamia de aquellos vicios
que le privarían del poder, y aun prescindir,
mientras le sea posible,
de los que no acarrean tales consecuencias”.
Nicolás Maquiavelo

Una falacia es un intento de defender inválidamente una postura, intentando engañar o mentir para inducir el error en la razón de otra persona y convencerla de algo. Reducto ad Hitlerium es una falacia conceptualizada por el filósofo político alemán Leo Strauss (1899-1973) y es consistente en comparar a una persona o un hecho con la vida y obra de Adolfo Hitler, para intentar desvirtuarle instantáneamente. No nos dejemos sorprender.

Sí, además de ser un pasaje obligado en el estudio de la historia universal y por ende, de cultura general; también en nuestros días la biografía de Hitler es leída con morbo para tomar retazos y compararla con los adversarios políticos. No falta quien intenta “advertirnos” de que estamos a punto de tener un cuarto Reich, en Ucrania, en Rusia y hasta en México. Es prácticamente un insulto a la inteligencia: no hay punto de comparación, no hay conexión entre hechos, los contextos son muy diferentes y las sociedades actuales cuentan con muchas barreras para impedir que una situación de esa índole vuelva a generarse.

La falacia por asociación, es decir: “si Hitler hacía A y Juan hace A, entonces Juan es como Hitler” también se asoma burdamente, porque se trata de dos hechos inconexos entre sí, además de que la vida de Adolfo Hitler está sumamente documentada, invocarla es ocioso. Sí, el denominado Führer fue capaz de todo para llegar al poder, aferrarse, acumularlo y abusar de él; también fue un demagogo infatigable y cometió atrocidades inenarrables; en contraste, era vegetariano, lector y le gustaban los perros, entre miles de pasajes. Nada de ello nos pertenece, fue él y su circunstancia.

Lo curioso es que, entre los políticos y analistas mexicanos se ha puesto de moda invocarlo, tratando de confundir a la opinión pública, partiendo de fingir una aparente preocupación por la situación actual, exhibiendo relativos conocimientos históricos y de geopolítica, pero con toda la intención de enlodar al adversario. En pleno 2022, el mero hecho de abrir la sección de opinión de muchos portales electrónicos, de diarios de circulación impresa y de mesas de análisis nos ha puesto en contacto con esta falacia. Visibilicemos la trampa y evitémosla.

He notado que, cuando se invoca a Adolf Hitler en una discusión, lo único que se exhibe es que, a quien intenta aplicar un reductio ad Hitlerum se le acabó la imaginación para encontrar argumentos. La recomendación es mejorar el análisis, ampliar el aparato crítico, conocer estudios e investigaciones respecto al tema en particular y sostener con piezas de evidencia la opinión vertida, evitando cuidadosamente incurrir en esta clase de falacia, que denuesta solamente a quien la intenta usar y además desvirtúa el debate público, sobre el ya de por sí complejo gambito social que estamos viviendo en la actualidad.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

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