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Había una vez en un país no muy lejano, una princesa llamada Encantada, a ella le gustaba salir a pasear a los jardines del palacio, una mañana salió a dar su paseo matutino y al llegar a la fuente del jardín se sentó a descansar un momento y se quedó observando los sapos que habitaban el lugar, observó a uno de ellos, un sapo verde y viscoso que se comportaba un poco extraño y que al parecer también observaba a la princesa, de repente Encantada recordó que cuando era niña, el rey le contaba maravillosas historias en donde una princesa besaba a un sapo y se convertía en un príncipe encantador, la princesa pensó: ¿Qué tal si uno de estos sapos fuera mi príncipe?, así que tomó a ese raro sapo entre sus manos y lo besó, la magia surgió de repente y el sapo se convirtió en príncipe. En aquel cuento, al final ¡vivieron felices por siempre! Pero como esta es la vida real, ¡Colorín colorado, este cuento no ha terminado!
Lo anterior, lleva a los siguientes cuestionamientos:
- ¿Cuántos de nosotros hemos crecido con estos cuentos de hadas?
- ¿Cuántas princesas esperan a su príncipe azul?
- ¿Cuántos sapos desean encontrar a su princesa, convertirse en ese príncipe y rescatar a la damisela de todo mal?
Toda esta ideología es cultural y se la debemos a Walt Disney, a las novelas que nos venden la idea de un amor romántico, a la misma religión que asegura que el amor todo lo puede, a la música, los libros y los poemas con frases como: “Sin ti muero”, “lo eres todo para mí”, “eres lo mejor de mi vida”, “sin ti, mi vida no tiene sentido”.
Idealizar a alguien es exagerar en positivo las virtudes de esa persona, quitarnos a nosotros el valor para otorgarle a la otra persona el poder de la perfección. Se puede idealizar en muchos ámbitos: En la pareja, en lo amistoso o en lo familiar.
Comenzamos con la idealización, primero pensando que el amor es para siempre y segundo por idealizar a la pareja sin darnos cuenta que tiempo después puede haber consecuencias, la mayor de ellas ‘la desilusión’.
¿Te suenan las frases como “Tú no eras así” o “cómo has cambiado”? Hay necesidades que como persona se tienen, las cuales se proyectan en las otras personas y a partir de esas necesidades nos relacionamos intentando cubrir lo que se necesita y se va por la vida con el constructo de “la media naranja”; sin embargo, es importante tener en cuenta que las personas no estamos hechas por mitades.
Por lo anterior, se presenta el conflicto a la hora de relacionarse, porque se “busca quien llene huecos y quién complete mitades” y si la otra persona no logra hacerlo se produce “la desilusión” y “la decepción”. La pregunta es: ¿Cómo se espera que alguien ajeno llene algo que nosotros mismos no sabemos llenar?, y es que en ocasiones no buscamos seres completos para amar y buscando que alguien nos sostenga, de ahí que se genere tanta codependencia emocional.
Ahora bien, al idealizar a una persona se genera un proceso bioquímico en el cerebro y resulta parecido a la adicción, por eso se dice que estar enamorado es como estar drogado, semejante a la enajenación mental, disparando la fantasía y pensando que todo lo que forma parte de la otra persona es perfecto, que es lo mejor que hay y lo mejor que podría pasar; vemos a la persona como el o la más guapa, más inteligente, el mejor o la mejor, pero si el otro o la otra tiene algún defecto, pasa lo contrario, se minimiza el defecto o se piensa que con el amor todo va a cambiar (una distorsión cognitiva llamada: falacia del cambio).
La idealización según la Real Academia Española, es el resultado de elevar las cosas sobre la realidad por medio de la inteligencia o la fantasía, en pocas palabras mejorar la realidad con la fantasía.
Sin embargo, cuando la idealización termina chocando con la realidad y las expectativas no fueron cumplidas, los conflictos aparecen en la relación, la venda de los ojos se cae y se empieza a ver a la persona como realmente es.
Para explicar el enamoramiento imagina que el encuentro de dos personas es como el contacto entre dos sustancias químicas, y si entre ellas se genera alguna reacción, ambas se transforman.
Cuando el enamoramiento termina, se puede o no pasar a la construcción del amor, el cual desde el punto de vista romántico y filosófico, es algo de lo que los poetas hablan a diario aunque en lo personal, creo que es algo difícil de conceptualizar.
Tres autores para analizar son:
• Joseph Zinker: “El amor es la alegría que me da la sola existencia del otro”.
• Jorge Bucay: “El amor es la decisión de trabajar activamente por la libertar del otro, para que éste pueda elegir qué hacer con su vida, aunque no me incluya en ella”.
• Francesco Alberoni: “Amor significa tener confianza en el que actúa, de manera tal que objetivamente es absurdo amarlo”.
Aunado a lo anterior, Walter Riso menciona que existen tres tipos de amor y que una relación de pareja no se puede dar sin ellos a la par:
• La filia: Es la amistad, el ser cómplices, el tener proyectos en común, la alegría de que el otro exista.
• El eros: Es lo erótico, el deseo sexual, la atracción y el deseo por el otro.
• El Ágape: Es la compasión y el cuidado por el otro, la no violencia.
Para concluir, es importante identificar si estas idealizando a tu pareja, para que tomes una pastilla de realidad. Rellena todos tus huecos, no busques quien lo haga por ti y si crees que necesitas sanar algo, busca ayuda psicológica. Realiza una lista de lo que deseas de una pareja, busca las similitudes contigo para que al momento de emparejarte, no intentes cambiar al otro.
“Quien come cuentos de hadas, termina vomitando realidades”.
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Muy buen articulo, aonque el tema encaja mucho mejor para un 14 Feb y no 14 de junio (dia q estoy escribiendo).. De este tema hay mucha tela q cortar, pero para llegar a un punto basico de lo que en realidad se ve en el mundo, es practicamente lo opuesto que presenta Disney en sus maravillosas historias… Muchas veces, los principes y galanes del mundo son los que eventualmente se transforman en negros sapos (con el perdon de las personas que les encantan estos anfibios)… Y muchas veces las “malvadas madrastras que idealiza Disney) son en realidad las mas dulces matriarcas que una pareja pudiera tener, aceptando a ambos como sus mas queridos niños y estando para ellos no como un estorbo, sino como un pilar de fortaleza y sostenimiento, pero al mismo tiempo increiblemente caritativas y cariñosas
Muchas gracias por tu aportación y reflexión, tenemos estandarizado y romantizado el amor, en cosas inexistentes, que dañan en lugar de beneficiar la relación de pareja.
Es bonito todo esto que nos vende Disney pero a la vez es uno de los principales problemas en que las relaciones de pareja truenen ya que pensamos que las relaciones siempre va a tener el final feliz de y “fueron felices por siempre” y pues la realidad es que no es cierto siempre van a surgir problemas dentro de la relación por la interacción que existe. Saludos.
La ideología muchas veces pesa demasiado y las personas no logran permitirse más allá de lo que se les enseñó, pero romper con todo aquello es lo que ha permitido que haya una evolución.
Gracias por tu lectura!!