Emocionarte

La crianza es el arte de cuidar, formar y acompañar a un niño o a una niña en la aventura de la vida.
En los primeros años de vida los seres humanos son la única raza en el planeta que depende del cuidado de otros para su sobrevivencia (los padres o cuidadores). Los estilos de crianza que se llevan a cabo en los hijos e hijas tienden a tener un origen en la forma en la que ellos mismos fueron criados y esto también influye en el desarrollo de los hijos e hijas.
Es de suma importancia poner atención en el estilo de crianza y fomentar estilos positivos que contribuyan a un desarrollo sano, de lo contrario se pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo de los y las infantes. El doctor John Gottman define los estilos de crianza como “la manera que tienen los progenitores de reaccionar y responder a las emociones de los niños y las niñas”.
Como bien se dice popularmente “los hijos e hijas no vienen con un manual bajo la manga”; sin embargo, justificarse en esa frase muestra la negligencia con la que los cuidadores desde el constructo social han estado educando a los hijos e hijas. Ahora bien, en el entendido de que cada familia es diferente y algunas adoptan formas tradicionales que vivieron en su propio sistema y otras desean realizar un cambio radical a lo que vivieron, primeramente es necesario identificar en qué estilo de crianza parental se fue educado y segundo, qué estilo desea adoptar.
Margarita Blanco en su libro ‘Sanación emocional del niño interior’, categoriza los estilos parentales en los siguientes cinco:
• Crítico: Este tipo de padre o madre exige constantemente perfección mediante crítica destructiva, no escucha explicaciones, no razona sólo piensa que “así debe ser”; utiliza la fuerza, gritos, amenazas, chantajes, burlas y golpes. Es claro que tienen un niño interno herido y genera en los hijos inseguridad, autoconcepto negativo, enojo, tristeza, miedo, autoestima muy baja y poco desarrollada.
• Consentidor: Es un padre o madre de actitud pasiva, no puede poner límites porque teme que lo rechacen sus hijos e hijas, hay una sobreprotección excesiva, les da igual que el niño o niña obren bien o mal y les permiten hacer lo que les dé la gana, con tal de no complicarse la vida. Esto habla también de su personalidad, de que fueron heridos en su infancia y genera en los hijos e hijas una falsa percepción de la realidad y de los límites, lo cual hace que se sientan desadaptados al entorno social.
• Ausente: El mismo nombre da respuesta a este estilo de crianza y puede existir la ausencia emocional o física, este estilo es aquel que no siente empatía o tiene muy poca conexión emocional, esta ausencia genera en los niños y niñas la sensación de abandono, inseguridad y baja autoestima, además de que seguramente este estilo de crianza proviene también de personas que fueron heridas en edad infante y presentaron algún tipo de abandono y/o rechazo.
• Negligente: Este estilo se caracteriza por no atender las necesidades de sus hijos e hijas, además de no ofrecer una respuesta de seguridad emocional o física, es el equivalente a un niño en el cuerpo de un adulto, no protege, no pone límites, no mide consecuencias, es como otro niño o niña.
• Nutridor/nutricio: Este tipo de padre o madre prestan atención a lo que la niña o el niño siente y dice, hay buena comunicación porque comprenden sus sentimientos, además de que le brinda amor, apoyo y seguridad a los y las menores, ponen normas que cumplen, además de ejercer autoridad y disciplina a través del diálogo y la tolerancia. Este tipo de padres y madres quizá también fueron heridos en la infancia; sin embargo, para llegar a este punto han de sanar sus heridas para generar en sus hijos e hijas un sistema sano, con límites y en amor nutricio.
Los estilos parentales son diversos, pero el resultado será similar: cualquiera de estos generará heridas emocionales. Por lo tanto, el estilo parental deseable, el único que genera crecimiento y salud emocional es el ESTILO NUTRIDOR/NUTRICIO.
Para continuar y ejemplificar un poco lo anterior, te invito a realizar el siguiente análisis de estos casos:
- Laura tiene padres autoritarios y creen que las reglas deben ser estrictas para que su hija se porte “bien” y encaje en la sociedad, si llora le dicen que no lo haga, si les contesta la envían al rincón a reflexionar, si se olvida de hacer una tarea la castigan o reprenden; esto la lleva a que piense que reprimir sus emociones y cumplir con las obligaciones es la manera de vivir y en una edad adulta ella no sabrá que quiere, será complaciente y autoexigente con el propósito de intentar vivir una vida perfecta que muchas de las veces la llevará a la insatisfacción.
- Los padres Gustavo quieren tanto a su hijo que creen que tienen qué cumplir todos sus deseos, él tiene un control total sobre sus padres, no tiene fronteras o límites y no ha aprendido a manejar sus emociones, esto lo ha convertido en un mal perdedor y a medida de que crece se converte en una persona que no pone límites en su conducta, de adulto él será desconsiderado y vivirá en el pensamiento erróneo de que sólo es lo que el desea.
- Arturo tiene unos padres que ponen reglas y límites que hacen cumplir, no seden ni autorizan premios y castigos poco razonados, lo dejan actuar libremente y le ayudan a responsabilizarse de lo que piensa y siente, generan seguridad, autoestima sana y bien desarrollada, todo esto va generando que él sea una persona responsable y en edad adulta sabrá lidiar con los problemas que se le presenten.
En cuanto a lo descrito en el presente artículo, es importante identificar que cada estilo de crianza genera creencias limitantes y creencias impulsoras, lo cual ayudará al desarrollo o estancamiento del menor. Asimismo, es vital que se aprenda a ser el tipo de padre que te hubiese gustado tener y para ello es sustancial resolver la pregunta que podrías estar generando a estas alturas:
¿Cómo ser un padre nutridor/nutricio?
• Sana las heridas de tu infancia.
• Valida a tu niño interior.
• Sé gentil y amoroso contigo mismo para poderlo ser con tus hijos e hijas.
• Convertirte desde tú adulto en ese papá/mamá que tu niño quiere y necesita tener (reparentar).
• Establece límites claros con amor y enseña con el ejemplo.
• Evita caer en extremos y llegar a algún otro tipo de estilo parental.
“Es posible sanar al niño herido y es preciso hacerlo si se quiere alcanzar la plenitud.
El remedio exige una transformación interior, la adopción de una actitud positiva que apoye y sustente compasivamente al Niño Interior”.
Jeremiah Abrams
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