Morelia, Michoacán
“Morelia es la cuna de una dinastía empresarial y política que pasa por encima de la población, pero también es una ciudad con barrios de arraigo de identidades, con un pasado común que lleva a la camaradería”, alude el escritor Caliche Caroma sobre el 481 aniversario de la fundación de la ciudad.
Con las puertas siempre abiertas de su librería ‘La Inundación’, Caliche comparte sus genuflexiones verbales con Primera Plana MX, habla de historia, poesía, arte con el foco puesto en Morelia, la ciudad señorial que este miércoles 18 de mayo celebrará su cumpleaños con un concierto de Bronco, mientras lamenta que los cadáveres se juntan por carretillas.
Desde Cayetano Andrade 260, en la popular colonia Gustavo Díaz Ordaz, bien cerquita de la puerta principal de CU, el disciplinado lector desmenuza parte de las realidades sociales de Morelia, que subsiste entre contradicciones de la clase gobernante y los moradores de Prados Verdes, Villas del Pedregal, Ventura Puente o alguna de las colonias morelianas que se cuentan por centenas.
“A estos cabrones les vale pito la ciudad, son los herederos de una herencia política o empresarial que pasan por encima de toda la población. Es algo cagado cómo el poder continúa en las mismas personas, las mismas familias, pero eso sí, en diferentes partidos en cada elección”, fustiga el también percusionista que alegra las fiestas.
Historiadores, cronistas que adoptan y adoptaron a Morelia
Juan Chávez García y sus reflejos de concursos de poesía que ya no existen, Esperanza Ramírez y su lucha para limpiar el Centro Histórico de puestos ambulantes, el agandalle de los dueños de los fraccionamientos al sur de Morelia que abusan del agua de Ichaqueo, son parte de las realidades morelianas que recrea el escritor de la letra del himno del Centenario de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) en 2017, cuya música fue compuesta por Eduardo Solís Marín.
Hay que dejar de adorar a la pinche cantera
Un símbolo de Morelia es su cantera, el Centro Histórico está hecho del mineral que llevó a la capital a ganarse el mote de ‘Ciudad de la Cantera Rosa’. Caliche Caroma critica los cientos, quizás miles de poemarios que existen dedicados a la cantera de Morelia que por las mañanas apesta a orines.
“Hay como una pleitesía a la cantera, sí está bonita y todo, pero la ciudad es más que eso, más que cantera rosa, se extiende a los barrios, a Prados Verdes, a la Ventura Puente, a Santa María, que siguen guardando identidades propias, no prestadas”, destaca.
Caliche, el vendedor de libro raro y viejo, enfoca la mirada en la gente de Morelia, ese millón de habitantes que dice vive en medio de contradicciones, en aumentos demográficos y caos vial, pero que tiene raíces más profundas que “sentirse identificados con un pinche pedazo de piedra, como si todo lo que pasa fuera en el Centro”, reclama.
“Los Tianguis de la avenida Pedregal y del Auditorio, el de El Realito o la Antigua Feria, ahí está Morelia”, acierta Caliche tras hacer una descripción de las maravillas del comercio informal y los lazos ciudadanos que se tejen al intercambiar productos por dinero.
“En el mercado todos somos iguales, nos quitamos los estratos sociales para convivir un poco, independientemente de los gobiernos. Ahí está la música, los gritos, la gente en chinga trabajando, la gente que sostiene a la ciudad, porque no son los Magaña o Los Ramírez los que sostienen la ciudad, ellos sólo intentan denominar lo que creen que es cultura”, sostiene.
Con el abrumador crecimiento poblacional de Morelia, Caliche Caroma vislumbra que, ante las crisis anunciadas de escasez de recursos naturales, se acabará con “el sueño de la cantera rosa, que es bien hipócrita, como los nombramientos culturales que tiene la ciudad. ¿Ciudad Creativa de la Música? No se preocupan ni por tener un censo de artistas”, señala.
En octubre de 2017, Morelia recibió el nombramiento de Ciudad Creativa de la Música otorgado por la Unesco, por sus festivales y actividades que ofrece del arte inspirado por Apolo. El escritor opina que esas denominaciones se reducen a seudónimos empresariales, en los que lo último que importa es la música.
“Las autoridades no se preocupan por tener un censo de artistas, de músicos, de centros culturales o bibliotecas. No hay censo o preocupación por ello, pero eso sí, un día antes del aniversario de la ciudad vemos a todos los trabajadores limpiando, es como el meme de alguien que va pintando una línea y hace una curva en la mierda de vaca”, lamenta.
Asesinatos a la orden del día y traen a Bronco
“Morelia, la ciudad en la que mueren personas casi todos días traerá a Bronco para celebrarse”, continuó el escritor y colaborador de El Artefacto, un portal sobre la vida cultural de Morelia. “El problema es que en la sociedad estamos divididos, ya no hay ideas de barrios y estamos en un pequeño riesgo de perder identidad”.
Rodeado de libros, artesanías y grabados, aclara que “independientemente de los gobiernos y ese rollo, hay algo chido en Morelia y sé que va a sonar a una mamada, pero es su gente, mientras hay fríos y culeros que van escalando en la política, hay gente con muy buen trato y amabilidad que genera cierto talento para hacerse de amigos de otros”.
Para el escritor, “Morelia ha pasado por cosas muy culeras, pero otras muy chingonas”. Sin perder el hilo de su conversación retoma el foco: la cumpleañera Morelia, pero también recuerda episodios “culeros”: el movimiento estudiantil de 1966 que llevó al Ejército a ocupar el Colegio de San Nicolás y los guerrilleros que emergieron después del hecho.
También rememora que en Morelia confluyeron los conspiradores de Valladolid en 1808, hasta el activista Efrén Capiz, el poeta Ramón Martínez Ocaranza y los escritores Günter Grass y Jorge Luis Borges, en el Siglo XX.
De la noche es joven al 15-S que marcó a la ciudad
Pero siguiendo el contrapunto, Caliche perpetúa las madrugadas en la Cueva de Chucho para dar bajón, los bares, los botaneros que mantienen el ambiente de antaño o la zona roja en la calle Eduardo Ruiz con prostitución tolerada y un cine porno con servicio las 24 horas. “Eso es Morelia”, dice el escritor.
‘Morguelia, una cartografía funesta de la ciudad’, obra de Caliche Caroma publicada el 2 de enero de 2018, se va moviendo entre las personas lectoras de la ciudad, le describe como la cartografía funesta de una ciudad que se quebró con los granadazos en la Plaza Melchor Ocampo aquel 15 de septiembre de 2008.
“Me pareció que la ciudad había llegado a tal hartazgo, que tenía que acabar en algo así, o algo peor, y desde ahí puse apuntes de la ciudad, de sus calles, lugares, el Colegio de San Nicolás, el corazón de Ocampo en formol, las calles oscuras de Villas del Pedregal, de sus indigentes y sus nuevos poetas”, expresa.
Escribir para denunciar cómo vivo
A manera de síntesis, Caliche Caroma comparte que la escritura puede ser historia y puede ser poesía panfletaria o combativa, pero de lo que se trata, dice, es de describir un poco cómo se vive y a ello ha dedicado parte de los últimos 10 años, relatando su mirada a través de medios de comunicación, su blog https://calichecaroma.blogspot.com/ y sus redes sociales.