Morelia, Michoacán
Con la participación del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) en mesas de trabajo y diálogo en torno de la obra escultórica Los Constructores del Acueducto, fue solventada la reparación del daño presuntamente ocasionado por 24 integrantes del consejo al conjunto, donde se derribaron 2 efigies, entre ellas, la de fray Antonio de San Miguel.
El secretario del Ayuntamiento, Yankel Benítez Silva, mencionó que luego de la detención de estos individuos, se generó un convenio resarcitorio donde se preveía su liberación y la intervención del CSIM en mesas de trabajo y diálogo para arribar a una resolución que permitiera, en una primera instancia, definir el destino de la obra, para posteriormente iniciar el restablecimiento del diálogo y la comunicación con el sector poblacional indígena.
Esto, mediante la exposición de propuestas para reparar, restaurar o remover en su totalidad el conjunto escultórico, que no impliquen la exaltación del colonialismo, el racismo, la violación de los derechos humanos de las comunidades originarias y otros.
Benítez Silva especificó que fueron 5 días de labores de sensibilización, concientización y acuerdo, donde además del ayuntamiento de Morelia y el CSIM, participaron especialistas y académicos.
Rechazó que estos acuerdos impliquen impunidad para los involucrados, debido a que tras el derribo de las estatuas se llevaron a cabo las detenciones de los presuntos responsables de los daños, con quienes el municipio firmó un acuerdo de reparación que estableció que el mecanismo sería la integración de propuestas para evitar la destrucción del patrimonio cultural de la ciudad y evitar el uso de discursos potencialmente ofensivos y discriminatorios para las comunidades indígenas en este patrimonio.
El presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, especificó que el convenio resarcitorio que se signara en marzo con los presuntos responsables detenidos continúa en pie y son los términos en el mismo detallados los que se aplican.
El 14 de febrero integrantes del CSIM se concentraron en las inmediaciones de la unidad deportiva Ejército de la Revolución, para derribar la obra escultórica denominada Los Constructores del Acueducto, por considerar que la pieza, de la autoría de José Luis Padilla Retana, es ofensiva para los pueblos indígenas; 2 de las efigies, entre ellas, fray Antonio de San Miguel, fueron destruidas.