21 de Mayo de 2014.-Consejero Presidente Lorenzo Córdova, en la Sesión Extraordinaria del Instituto Nacional Electoral ( INE ), Ciudad de México.Foto: Benjamin Flores / Proceso

Percepción en Tribuna

Alguna vez Vargas Llosa dijo: “México es la dictadura perfecta, la dictadura perfecta no es el comunismo, no es la URSS, no es Fidel Castro”.

“La dictadura perfecta es México”. “Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido y de un partido que es inamovible”.

Hoy se puede afirmar que dicha declarativa sigue vigente, sobre todo no refiriéndose a un partido político, haciendo comparación con el INE y la Justicia Electoral en México, una dictadura de instituciones electorales.

Hemos sido testigos que los entes electorales nacen para promover la participación ciudadana y sea el pueblo que esté activo en todo momento, pero hoy vemos que en México, los consejeros electorales y los magistrados de dicha área, están más enfocados en cuidar su chuleta (percepción económica), que en promover que las y los mexicanos tomen acción en todo lo que se refiere a elegir, controlar y evaluar a los poderes públicos.

México siempre había llegado tarde al debate de las ideas, ahora que tiene un promotor de una participación social como Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y que motivó que naciera la consulta de la revocación del mandato, el Instituto Nacional Electoral y los magistrados electorales van en contra, si, en contra de lo que debe ser su esencia “la motivación de los ciudadanos a empoderarlos, y así se lograría más evaluación y menos decepciones de la ciudadanía con sus gobernantes”.

A lo anterior llama la atención que durante mucho tiempo los entes electorales se manejaron como extensiones de los partidos políticos tradicionales, con percepciones millonarias y con muchos privilegios.

No es posible que el grueso de la maquinaria electoral conformada por sus mujeres y hombres trabajadores, sus salarios sean muy diferentes a las grandes cantidades de los titulares o cabezas de los árbitros electorales o impartidores de justicia de esa área del derecho.

Quizá valdría la pena propiciar que por decreto desaparezcan los actuales árbitros y se genere una convocatoria de mujeres y hombres preparados, pero que no tengan percepción, que sea su hacer honorario.

Se puede asegurar que sería más eficiente su labor y el recurso que se ocuparía quedaría mejor distribuido en los demás mandos de dichos entes.

El descaro llegó a tal grado que varios titulares del ámbito electoral cobran en el Conacyt, cobran cátedras, tienen agencias o consultorías políticas, empresas encuestadoras, etc. Dado lo anterior ¿a qué hora trabajan ¿o cómo atienden la democracia? Puedo asegurar que un Lorenzo Córdova jamás fue representante de casilla o de una sección electoral.

Y ahora que está la conformación de partidos políticos nuevos en los estados, etc, conforme a la normativa varios líderes tradicionales están buscando satélites (simuladores de acciones o de participación democrática) para con ello tener o ganar prerrogativas (recurso público). La democracia no necesariamente exige cuantiosos institutos políticos, basta con dos o tres partidos políticos serios y eso garantiza la participación del pueblo y su representación.

Como prueba de lo anterior, Michoacán y su órgano electoral local reporta al menos diez asociaciones para hacer asambleas y llegar a considerarse partidos políticos locales.

Se estima que el nivel de aceptación que posee Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, le propicia que quizá solo dos de esas diez asociaciones lleguen a la meta que se plantean, pues la mayoría de electores son afines y expectantes de este gobierno local de la 4T de Alfredo Ramírez.

Pero qué decir de los partidos políticos micro como el Partido Encuentro Solidario, Movimiento Ciudadano, Partido Verde Ecologista, se la han pasado ganando recursos públicos a nivel nacional y en Michoacán, a costilla de las prerrogativas y los privilegios del poder.

Algo que marcaría la historia y trascendencia en Michoacán es que Alfredo Ramírez promueva una reforma electoral que aminore tanta pérdida de recurso público innecesario y tanto partido político o probable nacimiento de algunos estatales.

En lo anterior se debe ir de la mano con los legisladores, donde coincidan en dicho aligeramiento de recurso, quitando la politización del hacer y del gobernar.

Es verdad que aquí nació el PRD, pero también es verdad que se convirtió en una reproducción de lo que se criticaban (corrupción, dedazo, etc) con algunas excepciones, que hoy varias de esas no militan en el PRD, como el caso del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Leonel Godoy, Lázaro Cárdenas Batel, Porfirio Muñoz Ledo, por mencionar; además la verdadera izquierda logra la Presidencia de México con Morena y Andrés Manuel López Obrador.

Finalmente, para México y Michoacán el reto es que sus gobernantes sienten las bases de una política que sabe escuchar, un gobierno sin excesos ni corrupción, una comunión con las causas sociales y estrategias claras de salud, economía, empleo, educación y seguridad pública.


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