Morelia, Michoacán
La pandemia del covid dejó para siempre una marca de incertidumbre. La pérdida de seres queridos, del trabajo, de proyectos, de contacto con familiares y amigos surcó vidas, recapitula Berenice Becerra, titular del área de Psicología de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte (Cecufid).
El reto de hoy, asegura, es la readaptación a una nueva normalidad, con nuevas reglas de convivencia y el retorno a las actividades cotidianas de la población.
Dos años se cumplen este 20 de marzo de que Michoacán recibió, en medio de la zozobra, el aviso de los primeros contagios de covid.
¿Qué ha pasado en el campo del deporte durante esos 24 meses?
Fueron múltiples las afectaciones, rememora la especialista Becerra. Relata que deportistas que esperaban cambiar su ciclo, retirarse o ingresar a nuevas categorías se enfrentaron a la incertidumbre que sobrevino tras la cancelación de competencias, sin saber si éstas se llevarían a cabo después y si ellos estarían en condiciones de participar.
Explica que hoy, tras esos dos años, apenas inicia la reactivación de las justas deportivas y para muchos atletas el problema principal fue haberse preparado para metas que ya no sabían si serían posibles o buscar nuevos objetivos más personales, más inmediatos.
El impacto, explica la psicóloga, se tradujo en un bajo rendimiento de los deportistas, que hoy se recuperan de manera gradual, pero aún persiste el temor a los contagios, lo que frena los avances de la reintegración a la actividad deportiva cotidiana.
Sociedad desmotivada, apenas se repone
La psicóloga de Cecufid sintetiza que la pandemia provocó entre la población problemas de salud mental y trastornos como ansiedad, depresión, desmotivación, dificultad para enfrentar grupos grandes de personas y tristeza, además de acentuarse rasgos de padecimientos ya existentes.
En contraste, señala, se tiene una mejor comprensión de la necesidad de atender la salud mental, una reducción en el estigma para quienes acuden a tratamiento psicológico y una mayor visibilización de la prevención de las dolencias mentales.
Profundiza en que estar dedicado a la salud mental no exime de atenderse a sí mismo, más aún en el entorno generado por la pandemia de covid.
“Los pacientes necesitan ayuda, pero también hay que enfrentar las propias pérdidas y de los cercanos, los propios procesos, los duelos”.
Subraya que si algo ha dejado en claro el covid es que las personas no deben dar por sentadas las cosas, las relaciones y los logros, que deben tener objetivos a corto, mediano y largo plazo y “no esperar a que las cosas sucedan por sí mismas, sino actuar para que así sea”.