Ciudad de México – El Universal
Desde mediados de febrero y hasta finales de agosto, el mango es una de las frutas que reina en nuestro país y muchas otras partes del mundo. Manila, Ataulfo, Petacón, Kent, Haden y muchas otras variedades se pueden degustar en diferentes presentaciones, ya sea de forma natural, picado, en cócteles, ensaladas, pasteles, salsas o en jugos. Pero lo que quizá no sabías es que esta delicia ofrece beneficios al organismo como regular el azúcar en la sangre.
Como toda fruta, el mango es una gran fuente de vitaminas, minerales, agua y fibra, pero ¿exactamente qué beneficios tiene para nuestra salud?
Propiedades del mango
Es muy rico en fibra. A pesar de ser muy dulce, contiene mucha fibra que ayuda en la digestión, a controlar el estreñimiento, retardar la absorción de azúcar en el torrente sanguíneo y puede aumentar la sensación de saciedad después de comer.
También contiene unas sustancias llamadas “mangiferina” y caroteno, que lo hacen rico en antioxidantes, ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre y, según un estudio de la revista Pharmacological Research, puede ejercer una acción antiviral, antitumoral y de fortalecimiento del sistema inmunológico en general.
A su vez, la Agencia de Promoción de Exportaciones de Brasil, afirma que la pulpa de mango tiene una mayor actividad antioxidante comparada con la pulpa de la uva, guayaba y piña. La fibra que contiene esta pulpa es principalmente fibra soluble (pectinas), que tiene un papel importante en el control de la glucosa y la reducción de colesterol.
Una fuente respetable de vitaminas y minerales. De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el mango nos aporta carbohidratos naturales, magnesio y potasio, que intervienen en nuestra salud cardiovascular, al equilibrar los niveles de sodio en el corazón. Estos carbohidratos también aportan, en pequeñas cantidades, hierro, fósforo y calcio.
Por si fuera poco, esta fruta es rica en vitaminas A (betacarotenos) y vitamina C que nos ayudan a proteger nuestras células del envejecimiento. Además contiene una baja cantidad de proteínas y grasas. Y su vitamina B6 interviene en la función inmunitaria, juega un papel importante en el desarrollo cognitivo y ayuda al cuerpo a producir hemoglobina. También, contribuye a no consumir calorías en exceso debido a su alto contenido en agua (85% de su peso es agua).
El mago regula el azúcar en la sangre
Contrario a lo que muchas personas pensarían, existe evidencia de que el mango puede ayudar a reducir el azúcar en la sangre. En primer lugar, tiene un índice glucémico de 51 puntos, según la Universidad Veracruzana, esto quiere decir que al comer mango los niveles de azúcar en la sangre no aumentan tan rápido en comparación con otros alimentos (las comidas que causan un aumento más lento de azúcar en sangre tienen un índice glucémico de 54 o menor).
Asimismo, un estudio publicado en el British Journal of Nutrition en 2011, analizó los efectos de los mangos en los niveles de glucosa y grasa, o lípidos, en la sangre de ratones y llegó a la conclusión de que los roedores que habían consumido mango tenían un porcentaje más bajo de grasa corporal, de colesterol en la sangre y de azúcar.
Otro estudio publicado en Nutrition and Metabolic Insights, encontró que agregar mangos a la dieta disminuyó los niveles de glucosa en sangre en ayunas en personas con obesidad.
Mango hasta para llevar
Para el país, el mango es una de las frutas más rentables a nivel de consumo y exportación. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), se cultiva en 23 estados de la república y es el sexto lugar de producción a nivel mundial, con 2.18 millones de toneladas, sólo debajo de India, China, Tailandia, Indonesia y Pakistán.
Ahora ya conoces otro delicioso alimento que te ayudará a regular el azúcar en la sangre, prevenir y combatir la diabetes, y que puedes consumir prácticamente todo el año a precios bastante accesibles. Pero recuerda que los excesos siempre son malos, consúmelo con control, ya que el bajo nivel de azúcar produce hipoglucemia, sensación de cansancio, mareos y malestar general.