Libre expresión
“Ninguna sociedad democrática puede existir sin una prensa libre, independiente y plural”.
Kofi Annan (1938 – 2018) Economista ghanés y Premio Nobel de la Paz 2001.
El periodista y director de Monitor Michoacán, Armando Linares López fue asesinado en su hogar y frente a su familia, en Zitácuaro. Una tragedia que ha puesto de luto a todo el gremio en el país y que provoca incertidumbre, frustración, impotencia, enojo y miedo.
Apenas el 31 de enero mataron a Roberto Toledo Barrera quien colaboraba también en Monitor Michoacán, como lo señaló Linares López ese día, al denunciar públicamente que habían recibido amenazas, que tenían miedo y a la par, pidió auxilio a las autoridades gubernamentales.
Un mes y medio después fue asesinado. La crisis de inseguridad ubica a México como el país más riesgoso para desarrollar la profesión del periodismo.
Para colmo, desde Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una constante polarización y ha manifestado un especial énfasis por atacar a los periodistas y a los medios de comunicación.
No le gusta la crítica, ha sido incapaz de desmentir investigaciones que han evidenciado presuntos actos de corrupción de sus colaboradores, familiares y amigos; así que opta por descalificar a los periodistas y con ello, promueve la violencia.
En apenas dos meses y medio del presente año, son ya 8 los periodistas asesinados; cifra récord. La estrategia de seguridad es un brutal fracaso que acumula ya más de 114 mil muertes violentas en lo que va del sexenio de López Obrador.
Durante su mañanera de este miércoles 16 de marzo, el inquilino de Palacio Nacional lamentó el asesinato de Armando Linares, dijo que ya se investiga y argumentó que, en el caso de los periodistas asesinados, “no son crímenes de Estado, nunca jamás nosotros vamos a mandar a matar a nadie, ya no es el tiempo del ‘mátalos en caliente”, y remató que el finado en Zitácuaro “no aceptó” el mecanismo federal de protección a periodistas.
Sólo saliva. Lo cierto es que para los periodistas y pese a manifestar que están en riesgo, como lo hizo Lourdes Maldonado en la mismísima mañanera, no hay prevención, no se les cuida debidamente pese a que pidan ayuda, el mecanismo de protección no ha funcionado correctamente y para colmo, prevalece la impunidad.
Contener la violencia que padece el país y que se ha agudizado en entidades como Michoacán, tendrían que obligar a López Obrador a ponerse a trabajar, a dejar de polarizar y evitar promover la violencia.
Permitir y hasta fomentar el ataque a los periodistas, lleva implícito el ataque a las libertades de información y expresión, que, a su vez, son esenciales para que pueda prevalecer la democracia. ¡Alerta!
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.