Guanajuato, México
Para sorpresa de muchos, 37 de las momias del Museo de Guanajuato dejaron de exhibir solo un sobrenombre, unido a una leyenda, por lo general macabra, para tener una verdadera identidad.
Con el apoyo de la UNAM y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los investigadores sociales y científicos de Guanajuato iniciaron en 2015 un trabajo de indagación que ha permitido conocer el nombre de 37, de las 95 momias exhibidas en el museo.
La tarea ha incluido una búsqueda exhaustiva en diversos archivos estatales, municipales y parroquiales, para cotejar la información.
Según Paloma Robles, investigadora líder, el inusual proyecto busca promover una mayor empatía entre la gente y las momias.
“Para nosotros, siempre fue fundamental conferir, honrar a estas personas a las que tanto les debemos en Guanajuato y, naturalmente, había que empezar por la identificación y el respeto de sus derechos humanos”, destaca.
Gracias a esta investigación podemos conocer, por ejemplo, que la momia Bruja, a quien se le conoce como Carmen, no fue enterrada viva y encadenada como se cree. En realidad, la pobre mujer fue asesinada por su esposo en el siglo XIX.
“Se llamaba Tranquilina Ramírez, fue muerta por su marido Francisco Tejada el 28 de agosto de 1862. Fue una mujer que padeció violencia, falleció de manera triste, y para colmo, tiene que cargar con el estigma de ser llamada indebidamente bruja”, enfatiza Paloma Robles.
Algo similar ocurre con Remigio Leroy, mejor conocido como El Francés, quien según la narrativa oral había sido un viajero que no contaba con ningún familiar cercano. Y no es así.
La funcionaria relata:
“Nació el 26 de abril de 1815 en París, Francia, su papá tenía una tienda de abarrotes, llegó a México y estudió medicina. Se casó con Dolores Madariaga y durante un tiempo radicaron en Querétaro, pero luego se vinieron a Guanajuato. Sabemos que vivieron en el callejón de Cantaritos”
Las falsas creencias también perjudicaron a La China, una de las momias más famosas del museo. Por años, se informó que era de origen asiático, pero ahora se sabe que era mexicana y se llamaba Antonia. María José Abreu, otra experta, asegura:
“Actualmente, con esta búsqueda, sabemos que el cuerpo no corresponde a una mujer de origen oriental, sino más bien, a Antonia Campo Verde Castañón, porque en la orden de exhumación del 9 de noviembre de 1890 está la solicitud de que se le saque junto con su cajón y es la única papeleta que tiene esta orden.”
Por fortuna, el peritaje en el Museo de las Momias de Guanajuato continúa, y se pretende que en 2023 se conozca el nombre de los 58 cuerpos áridos restantes.
Vale recordar que las momias proceden del Panteón de Santa Paula, en Guanajuato, y durante años han adquirido un alto valor turístico para la ciudad.