Kiev, Ucrania

Las fuerzas rusas y ucranianas se culpan mutuamente de haber violado el alto el fuego, lo que ha causado el fracaso de la evacuación de civiles este domingo por segunda vez en la ciudad de Mariúpol, al sur de Ucrania.

“Los rusos comenzaron a reagrupar sus fuerzas y bombardear fuertemente la ciudad. Es extremadamente peligroso sacar a la gente en tales condiciones”, ha sostenido el ayuntamiento.

Mientras la agencia rusa RIA afirma que los ataques de las tropas ucranianas han obligado a volver a suspender la operación.

Por esta razón, cerca de 450.000 habitantes Mariúpol, siguen atrapados en los refugios de los barrios sin luz, calefacción o agua, bajo las bombas y con bajas temperaturas, por lo que el ayuntamiento teme una “catástrofe humanitaria”. 

Mariúpol es la última ciudad bajo el control de Ucrania con salida al Mar de Azov y un objetivo estratégico para Moscú, que intenta conquistar toda una franja que va desde la costa del Mar Negro (con el puerto de Odesa como pieza clave) hasta las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk.

De este modo, el Ejército ruso controlaría todas las vías de acceso por el sur, ya fueran marítimas (Mar Negro y Azov) o terrestres, por la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado que el Ejército ruso se prepara para bombardear Odesa, principal puerto del Mar Negro. “¿Cohetes contra Odesa? Esto será un crimen de guerra”, ha afirmado en un discurso en vídeo.

Desde que comenzó la guerra, más de 1,5 millones de personas han huido de Ucrania, lo que convierte a esta en la crisis de refugiados que más rápido ha escalado desde la Segunda Guerra Mundial.

La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha podido verificar, por el momento, que se han registrado 1.123 víctimas civiles entre muertos y heridos, pero admite que cree que las cifras reales son “considerablemente” más altas.

Putin también ha afirmado hoy domingo que su “operación especial” no terminará hasta que Ucrania se rinda y acepte todas sus demandas, esto es, la desmilitarización, incluida la no adhesión a la OTAN, y la caída del Gobierno de Zelenski.

Mientras, en Rusia varios miles de personas se han manifestado en los últimos días en contra de la guerra en las principales ciudades. Según los datos ofrecidos por las autoridades rusas, hubo al menos 3.500 detenidos de un total de 5.200 personas que participaron en las protestas.

Las negociaciones entre Rusia y Ucrania para el cese de hostilidades se retomarán mañana lunes en una tercera ronda de negociación en Bielorrusia.


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