La caída de Gamaliel

Morelia, Michoacán

“Ya lo lograste, ira, ahí están las cámaras, sonríeles”, soltó el elemento de la Policía Michoacán a Gamaliel Guzmán Cruz, el líder del ala democrática de la CNTE, luego de levantarlo del suelo cuando fue detenido por un compañero de la municipal.

El estatal tomó el control, no dejó que el grito de “yaaa” que soltó el líder centista le afectara. Tampoco sus intentos de victimizarse. En diez segundos, el policía le reviró al democrático:

“Estás provocando pa’ salir en la foto, eso es todo lo que quieres; es lo que quieres, provocar para salir en la cámara”.

Y siguió la arenga con voz pausada y firme: “sale, ya lo lograste, ira, ahí están las cámaras, sonríeles”, decía mientras otro le gritó a Gamaliel ‘no te dejes wey’.

Eran las tres y cuarto de la tarde en la capital michoacana. Los negocios ya habían bajado las cortillas, aunque también había pasado lo más fuerte del encontronazo.

Guzmán Cruz no atinaba qué decir, minutos antes protagonizó el violento enfrentamiento, cuando él y su gente rebasaron las vallas que circundaban los accesos a palacio de gobierno y los gases lacrimógenos volvieron a quemar ojos y garganta.

Intentó ingresar a palacio. La policía no lo dejó. El municipal, con el rostro apenas cubierto, llegó y con la izquierda, rodeo el cuello y con la diestra le tomó de la cintura, lo inmovilizó de los hombros ahí en la calle de Benito Juárez casi en su esquina con Ocampo.

El cuerpo del hombre se dejó caer al piso. Trató de victimizarse. El policía estatal que apareció de la nada, no lo permitió, lo levantó con suavidad, casi le acomodó la camisa y, rodeando sus hombros, cual abrazo entre amigos, lo llevó a la patrulla.

Gamaliel balbuceaba: “esa es la represión, esa es la represión”. El de azul le reviró “son inteligentes ustedes señores, sale”.

Y mientras los gases se disipaban, los elementos antimotines se reagruparon, tomaron las vallas y las colocaron de nuevo, cerraron la fila e impidieron cualquier acercamiento. Morelia intentó volver a la normalidad.

No, esta vez no hubo el final feliz para los democráticos, su líder y otros tres, fueron detenidos y llevados a la fiscalía. Allá, la historia fue otra.