Ciudad de México – El Financiero

La mexicana Paola Schietekat fue víctima de abuso sexual en julio del 2021 cuando se encontraba en la ciudad de Qatar trabajando como economista conductual en el Comité Supremo de Entrega y Legado para el mundial del 2022.

Desafortunadamente para ella, el tormento no terminó ahí, pues al acudir a la policía en compañía del cónsul de México en Qatar, se enfrentó a una serie de trabas.

“Fueron tres horas de interrogatorio en árabe, y en cierto punto me exigieron una prueba de virginidad. Por alguna razón yo había pasado a ser la acusada (…) me aseguraban que no había cargos en mi contra, que sólo querían verificar que no hubiera una relación romántica entre nosotros, pues el agresor se defendió de la denuncia diciendo que yo era su novia. En Qatar, tener una relación extramarital se paga con hasta siete años de cárcel, y en algunos casos la sentencia incluye cien latigazos”, escribió Paola en el artículo Un mundo que parece odiar a las mujeres, en el sitio de Julio Astillero.

“Mi denuncia ya no importaba. La policía refirió el caso a la fiscalía pública, único lugar donde tuve un traductor. Todo se centró alrededor de la relación extramarital”.

Tras estos hechos, Paola logró salir de Qatar y llegar a México, en donde el proceso de denuncia continuó con lentitud y plagado de irregularidades.

“El castigo constante de haber escuchado al cónsul, quien, junto con toda la embajada se deslindó rápidamente del caso, y la decepción de no haber previsto que el caso podían revertirlo en mi contra”.

La pesadilla continuó para Paola al enterarse de que su agresor fue absuelto del cargo de agresión. A las autoridades no les importó el informe médico que daba cuenta de las lesiones que ella tenía producto del abuso, pues argumentaron que “no había cámaras que apuntaran directamente la puerta del departamento, así que no había forma de constatar que la agresión sucedió”.

“Eso sí, los cargos por tener una relación fuera del matrimonio seguían vigentes, impidiéndome volver a Qatar y forzándome a pagar aún más por representación legal. La solución que me dio mi abogada y el representante legal de mi agresor era relativamente simple: cásate con él. Para cerrar el caso que el Estado de Qatar abrió en mi contra sólo debía casarme con mi agresor”.

El pasado 16 de febrero, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se pronunció al respecto a través de un comunicado. Sin embargo, Paola pidió a la Secretaría no mentir, pues el documento precisa una serie de puntos que no coinciden con el relato de la víctima.

“La intervención de la Embajada se dio conforme a una visión de perspectiva de género, el principio de no re-victimización y el resguardo de su privacidad”, señaló la SRE.

De acuerdo con el comunicado de la embajada, el 2 de febrero del 2022 la abogada de Paola informó que ella había decidió presentar ante la Corte un certificado de matrimonio entre ella y su co-acusado. Esto para que pudieran retirarle los cargos en Qatar.

Sin embargo, el proceso no siguió, debido a que, según indica la Secretaría, el 13 de febrero la abogada notificó que Paola decidió no emitirle la autorización para comparecer ante el juez en su representación, por lo que legalmente quedó inhabilitada para asistir a la audiencia en su nombre.

A raíz de ello, se convocó a una nueva audiencia programada para el 6 de marzo del 2022.

La lucha de Paola para que se haga justicia continúa. A través del hashtag #100LatigazosDeIndiferencia, tanto ella, como diversos usuarios en redes sociales y colectivas, visibilizan el caso y muestran solidaridad con la situación.

La agresión

La mexicana Paola Schietekat denunció a principios de febrero que fue agredida sexualmente durante su estadía en Qatar. Decidida a presentar una denuncia, las autoridades del país árabe decidieron acusarla de tener una “relación extramarital”, y condenarla a siete años de cárcel y 100 latigazos.

Este viernes, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dio a conocer que asignó “al mejor abogado” del Consultor Jurídico de la SRE para atender el caso de Paola, quien durante las últimas dos semanas denunció la falta de actuar de la embajada de México en Qatar.

La maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford dio a conocer su historia a través del artículo “Fuga de Cerebros | Un mundo que parece odiar a las mujeres” publicado en la página Julio Astillero.

En ese texto, Paola relató su vivencia en el país que será sede del Mundial de Futbol este año. Fue en 2021 cuando Schietekat Sedas trabajaba para Supreme Committee for Delivery and Legacy.

La noche del 6 de junio de 2021, mientras se encontraba en el departamento donde residía, un conocido de la comunidad latina en Doha, a quien consideró su amigo, entró al inmueble mientras ella dormía.

“En Doha, siendo de las ciudades más seguras del mundo, mucha gente deja su puerta sin seguro y recae en la seguridad del edificio”, explicó la connacional.

En seguida el agresor y la víctima forcejearon, lo que provocó que la joven cayera al piso. Consiguió zafarse y huyó del lugar. Horas después aparecieron moretones en el brazo izquierdo, el hombro y la espalda de Paola Schietekat.

Ante el violento evento que vivió, decidió pasar la noche en un hotel, para evitar dormir cerca de su agresor. Fue ahí donde decidió interponer una denuncia.

El día siguiente consiguió un certificado médico y acudió a la policía en compañía del cónsul de México en Qatar para denunciar.

“Ahí, todo fue en árabe, y con mi árabe limitado logré explicar la situación. Al preguntarme si quería una orden de alejamiento, no hacer nada, o ir a las últimas instancias, me congelé, por el shock, por el miedo y la falta de sueño, y volteé a ver al cónsul, quien me recomendó ir a las últimas instancias. Firmé la declaración en árabe y di los datos del agresor”.

“Horas después, a las nueve de la noche, me hablaron por teléfono para acudir urgentemente a la estación de policía. Extrañada, pregunté si era necesario que una mujer que acababa de ser agredida fuera sola a la estación de policía a esa hora. Su respuesta fue que, si no iba, mi denuncia sería descartada. Tomé un taxi. Al llegar a la estación, los policías pusieron delante de mí a mi agresor”.

Y fue así como comenzó el interrogatorio de 3 horas en árabe, en el cual Paola pasó de ser víctima a acusada.


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