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Historias del Tercer Mundo

Foto: Wendy Rufino

Los defensores de la cantera rosa atacan de nuevo: ya no son las pintas desesperadas en las paredes o una escultura horrenda, ahora el motivo de las vestiduras rasgadas son los patinadores en el Centro Histórico y un poco más allá, las personas en situación de calle.

Pareciera que el Ayuntamiento de Morelia no tiene suficientes problemas y se inventa algunos por convivir, por hacerse el europeo, ahora que sus funcionarios viajaron a España a inspirarse, o bien por -y esto, por supuesto, es lo menos probable- falta de planeación y de diseño de políticas públicas.

Estos problemas inventados han sido bien recibidos por la sociedad moreliana, ávida de disparar comentarios clasistas en redes sociales, de confrontarse y de dar su humilde opinión.

El país se cae a pedazos, el covid vuelve a cobrar decenas de vidas cada día, los homicidios en la capital del estado se recrudecen, los tentáculos del crimen organizado ya están afectando directamente las exportaciones, en la Tierra Caliente hay guerra y el Presidente de México responde a los asesinatos de periodistas violando la ley, pero los morelianos se preocupan por sus banquitas ancestrales.

Y no hablemos de cortinas de humo porque para eso tendríamos que partir de que existe una estrategia de comunicación y de que la gente no tiene capacidad más que de enfocarse en un solo tema. Simplemente o hay mucho aburrimiento o mucha necesidad de evadirse de una realidad inmunda, combinados con el amor al chisme, la banalidad, la tontería y el afán por sentirse primermundistas que no tienen otra preocupación que el buen aspecto de su ordenada y pacífica ciudad.

Se sienten del primer mundo discutiendo si se debe permitir patinetas en las plazas públicas y preocupándose por la cantera cuando vivimos en una cloaca inmunda que apesta, donde hay gente que duerme y muere sobre el pavimento y en donde fuera del Centro no se puede ni patinar, ni rodar, ni caminar, ni andar en carro porque todo está destrozado y sin luz.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Morelia tira la piedra y esconde la mano. Primero dice que los patinetos, skaters y ciclistas serán detenidos y se presentarán cargos en su contra y luego que siempre no, que se habilitarán espacios para practicar estos deportes.

Justo como cuando otro funcionario de ese ayuntamiento dijo que se retiraría a las personas sin hogar que duermen en el Centro Histórico, a pesar de que no existen albergues para hospedarlos, pero que -después- se habilitarían algunos.

Igual que como cuando se anunció que las calles Guadalupe Victoria y Guillermo Prieto serían de un solo sentido, se manifestaron 10 personas y el ayuntamiento capitalino optó por dejar todo como estaba.

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¿Ganas de generar problemas o falta de planeación?

Los expertos en políticas públicas apuntan que nunca se podrá tener contentos a todos los sectores al aplicar una acción de gobierno. Por eso es importante la planeación y como parte de ella se deben sopesar los pros y los contras y contemplar las resistencias que podrían surgir, pero sobre todo y más importante es el consenso con los sectores que se verán afectados con la medida, pero no después de echada andar la política, sino antes.

El Ayuntamiento de Morelia pareciera seguir el ciclo de la política pública, pero al revés: primero la implementa, luego la consensa y al final detecta el problema público que quiere resolver y en algún momento de todo esto, queremos pensar, las diseña.

Mientras tanto, Morelia brilla por su ausencia, Morelia se apaga.

La autora es maestra en Políticas Púbicas por el Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales de la UMSNH y licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas. Ha publicado cuentos y poesía y se ha desempeñado como periodista enfocándose en temas de política, Congreso y derechos humanos.


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