Morelia, Michoacán
Hasta el 80 por ciento de los empleados, derechohabientes del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) en Michoacán y México, no tiene acceso a una vivienda apropiada debido a los elevados precios de los inmuebles que edifica actualmente la industria desarrolladora.
En entrevista para Primera Plana Radio, el representante del Infonavit en la entidad, Sergio Adem Argueta, explicó que la industria desarrolladora de vivienda construye productos que superan los 500 mil pesos, cuando 8 de cada 10 trabajadores apenas tienen acceso a créditos que promedian los 350 mil pesos.
Y es que la industria ha dejado de generar vivienda para quienes ganan menos de 4 salarios mínimos, que comprenden alrededor del 80 por ciento de los derechohabientes del instituto.
Adem Argueta señaló que “hay muchos trabajadores en busca de vivienda o valorando la adquisición de una casa, pero las condiciones de los mercados han llevado a que los costos sean muy altos, incluso, quienes se dedican a construir vivienda, como los albañiles, están hoy sin posibilidades de alcanzar a comprar una”.
Acotó que el Infonavit mejoró las condiciones de los créditos que ofrece, como la reducción de 12 a 1.98 por ciento la tasa anual de interés o la posibilidad de que 2 personas sin relación jurídica sumen sus créditos, pero “los trabajadores siguen sin poder encontrar vivienda a un costo razonable y que permita calidad de vida, con acceso a centros de trabajo, escuelas, movilidad y centros de abastecimiento”.
Sergio Adem aseguró que el Infonavit no otorgará más créditos para la compra de vivienda que no reúna condiciones mínimas de habitabilidad y calidad de vida, a la vez que impulsará nuevos productos crediticios, orientados a dar al derechohabiente autonomía respecto de los mercados y las desarrolladoras.
Entre estos, está la próxima posibilidad de comprar un terreno y construir con un crédito de Infonavit, donde “la idea es que el trabajador ya no esté sujeto a ver si me alcanza o que sale”.
Asimismo, la compra de vivienda existente, que podría ser la casa que renta y donde está asegurado un mínimo de calidad de vida.
