Morelia, Michoacán
Luego de 30 años de haber sido descubierta, la escultura del Hombre Coyote será restaurada y analizada por especialistas, que posteriormente decidirán su lugar de resguardo, aseveró el Centro en Michoacán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El arqueólogo del Centro INAH en la entidad, José Luis Punzo, mencionó que el pasado 19 de enero se llevó a cabo la entrega a la institución de una obra escultórica que representa a un Hombre Coyote, perteneciente al período tardío del señorío tarasco y que por 3 décadas permaneció en poder de una familia residente en Tacámbaro.
La obra es “muy importante”, ya que puede ser equiparada con las piezas encontradas en Ihuatzio hace cerca de 100 años, además de que, aunque hay otras representaciones del Hombre Coyote, se trata de piezas pequeñas, de hasta 40 centímetros, mientras que la recuperada en Tacámbaro es una obra monumental, de más de un metro de altura.
José Luis Punzo explicó que la obra presenta a un individuo en pose de señor, vestido como un lobo o coyote, y tiene posibles rastros de policromía, pero será una vez que sea sometida a varios estudios cuando se pueda conocer más sobre la misma.
El Hombre Coyote apareció en Tacámbaro, hace 30 años, en una obra de drenaje en la colonia Lomas de Canícuaro, y un particular lo extrajo del sitio para trasladarlo a su domicilio, donde permaneció hasta el pasado 19 de enero, cuando lo entregó al Centro INAH en el estado.
Exhibe múltiples fracturas que deben ser restauradas, y se analizará para conocer con precisión su procedencia, uso, historia y más datos sobre la población de la que procede.
Si bien la ley admite que particulares tengan la posesión de vestigios arqueológicos, estos son propiedad de la nación, por lo que se precisa de la emisión de una concesión de uso, la cual el poseedor del Hombre Coyote no tenía, agregó el jefe de Trámites y Servicios Legales del Centro INAH en Michoacán, Roberto Castillo.
Hasta el momento, no se ha determinado el destino de la obra, aunque la proyección es que pueda retornar a Tacámbaro, como testimonio de la cultura que floreció en esa región y cuyos restos se esconden hoy bajo la urbanización.