Morelia, Michoacán
Entre un año y un año y medio requerirían las tasas de inflación para comenzar una tendencia a la baja, luego de alcanzar en enero de 2022 la proporción más elevada en cerca de 20 años.
El titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Alfredo Anaya Orozco, indicó que la pandemia de coronavirus trastocó la cadena de proveeduría, lo que ha contribuido al incremento de las tasas de inflación actuales y previstas.
Luego de inactividad por el confinamiento de la población, la reducción de los riesgos epidemiológicos propició un repunte en el consumo para el cual los proveedores no estaban preparados, al no haberse restablecido aún las líneas de abastecimiento de insumos, materias primas, bienes y servicios.

Una crisis por contenedores varados, primero, por la insuficiencia de medios en transporte, y después, por el alza en los costos, de mil 500 a 23 mil dólares, por ejemplo, el arribo desde China a puertos en el Pacífico, como Lázaro Cárdenas o Manzanillo, se sumaron a una reactivación simultánea de fábricas que no tenían insumos suficientes.
Una limitada capacidad de producción y una creciente demanda llevaron así a favorecer un repunte en las tasas de inflación que tendrá un mayor impacto adverso en la población más vulnerable, al afectar primero los productos de la canasta básica.
Anaya Orozco aseveró que se trata de un fenómeno mundial, que requerirá de hasta 18 meses en contenerse.
Entre los factores que ayudarían a mitigar los efectos de la inflación al alza, se encuentra el crecimiento en las tasas de interés, debido a que esto encarece el dinero y lleva a un manejo más cuidadoso y un menor consumo por parte de la población.
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