Morelia, Michoacán
Anoche disfrutamos en el teatro Mariano Matamoros de la Gran Gala de nuestro festival con La caja (2021), película del director venezolano-mexicano Lorenzo Vigas, con guion de Paula Markovitch, presente en el pasado Festival de Cine de Venecia.
Fue una gran experiencia, porque se trata de un filme desgarrador que se centra en la orfandad, en la necesidad de la paternidad y, sobre todo, de la búsqueda de la identidad.
La caja, protagonizada por el debutante Hatzín Navarrete y Hernán Mendoza (recordado por la telenovela Imperio de mentiras), cuenta la historia de Hatzín, un adolescente que emprende un viaje hacia Chihuahua para recoger los restos de su padre, hallados en una fosa común.
Sin embargo, un encuentro casual con un hombre de nombre Mario, que tiene un gran parecido físico con el muerto, y se dedica a la búsqueda de trabajadores para las fábricas, lo llena de dudas y de esperanza.
Entonces, toca la puerta con fuerza, a capricho, y el padre que siempre imaginó terminó abriéndole las puertas. En mala hora. El entorno es toxico: robos, secuestros, incluso, feminicidios. Será un aprendizaje ácido, que llama a la huida.
Con esta obra, Lorenzo Vigas concluye una trilogía dedicada a la figura del padre que se inició con Desde allá, que se alzó con el León de Oro a la mejor película en el Festival de Venecia en 2015, y siguió con el documental El vendedor de orquídeas, sobre la vida de su propio padre, el muralista Oswaldo Vigas.
Al concluir la función aceptó responder algunas preguntas a Primera Plana MX:
“En la primera presentación en México. El rodaje se hizo en Chihuahua, bajo condiciones climáticas extremas, y explora en el mundo de las maquilas, la corrupción y la explotación del hombre. El protagonista vive un aprendizaje de la delincuencia con mucha intensidad dramática”.
Esperábamos que tu nueva película fuera “más amable”
Es importante se honestos cuando se narran historias. Viaje a Chihuahua y me di cuenta de la triste situación que se vive allí. Todos los subtemas que se manejan en el filme tienen un denominador común: el real conocimiento de uno mismo, del origen. Es el reflejo de un país que está tratando de encontrase también.
A pesar de que Hatzín parece rechazar la violencia llega a matar… ¿por qué?
Este niño, al fin, encontró un hogar donde sentirse aceptado y cuando ve que su padre corre el peligro de ser denunciado no duda en ejecutar a la madre de la chica que había sido victimizada. Es duro, pero es así.
Luego de ganar en Venecia no pensó que esta cinta pudiera decepcionar…
Sí, tuve una presión enorme. Me puse bien exigente: quise filmar en una maquiladora real y en una tormenta de nieve, lo cual fue un dolor de cabeza. Me propuse que los paisajes fueran abrumadores. De alguna manera, esta tensión me ayudó.
¿Cómo un biólogo se atreve a hacer cine?
Me apasiona la ciencia, la biología, la genética, pero desde niño veía muchas películas y en el bachillerato hice muchos documentales caseros con mis amigos. Todos malísimos y divertidos. Llegó el momento en que la necesidad de crear fue mayor que la de investigar. Y así nació todo esto.