Acueducto
1.- De nueva cuenta, Silvano Aureoles Conejo fue exhibido por su sucesor en el Gobierno de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, en esta ocasión por considerar que en su administración estatal hubo un uso excesivo de escoltas, no sólo para él, sino para servidores públicos, desde alcaldes hasta diputados, pero lo que más llama la atención es que también para hombres de negocios.
2.- La vez pasada, como se recordará, a escasos días de su inicio como tal, el actual gobernante realizó la denuncia sobre el caso del lo que consideró enorme gasto en el uso del transporte aéreo para funciones de carácter público, específicamente en el traslado en helicópteros, que, como se dijo, gran parte era arrendada, provocando una serie de reacciones, más en contra.
3.- Y, bueno, van dos golpes mediáticos que tratan de situar al militante perredista como un hombre que abusó, en forma más que excesiva, valga la cuasi redundancia, del ejercicio del poder público. Sin embargo, ante ambas situaciones, uno puede preguntarse si son irregularidades legalmente hablando, porque de ser así, qué se espera para actuar en consecuencia o, como Jack el destripador, ¿van por partes?