Morelia, Michoacán
Una debilidad financiera insostenible que genera un déficit anual de mil millones de pesos y falta de congruencia en las terminales de sus programas de educación superior que van dispares con el rumbo que ha tomado la nueva división internacional del trabajo; esos son los mayores retos con los que llega la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) a su 104 aniversario, indicó el ex catedrático de las facultades de Historia y de Filosofía, Jorge Vázquez Piñón.
En entrevista para Primera Plana Mx, el pedagogo y filósofo michoacano desmenuzó el problema deficitario al que llega la máxima casa de estudios en cada otoño; al recordar que hasta el año 2000, la institución gozaba de finanzas sanas y cumplía un papel nodal en la formación de profesionistas liberales.
“La universidad era reconocida por su ideología de izquierda, era una universidad popular, abierta a los hijos de clases trabajadoras y orgullosa de su pasado independentista y reformista, que eran los referentes para el ejercicio de la docencia. Hoy vemos que la situación no es la misma y se notan grandes cambios en lo laboral, administrativo, docente, académico y en la producción intelectual”, resaltó.
Vázquez Piñón, quien se desempeñó como docente de la Facultad de Historia durante 30 años (1987-2017), recalcó que la crisis se ha acentuado durante el último quinquenio en la UMSNH. La rectoría se queda sin recursos para el pago a trabajadores administrativos y docentes, pues el problema del déficit es de fondo y proviene de acuerdos políticos entre sindicatos y pasadas autoridades universitarias.
“Hace años existía una Junta de Gobierno y la universidad tenía finanzas fuertes y sanas, pero las reformas a la Ley Orgánica propiciaron el desarrollo de fuerzas políticas al interior de la institución. Lo cual no fue malo, lo malo fue que no se tomaron las precauciones para mantener sanas las finanzas”, precisó.
Vázquez Piñón se trasladó hasta 1990 al recordar que ante la desaparición de la Junta de Gobierno, diversos docentes señalaban la importancia de contar con fondos revolventes para tener finanzas sanas, situación que se salió de las manos de las autoridades y generó un caos financiero.
Se ha señalado que el déficit generado en la UMSNH se deriva de contratos leoninos con el el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM) y del Sistema de Jubilaciones y Pensiones que chupa el presupuesto anual de la institución.
Pese a los diversos foros y reuniones, las autoridades no han logrado generar un acuerdo para reformar el esquema y darle un respiro a las finanzas universitarias, que cada año son salvadas por los recursos extraordinarios gestionados ante la Federación.
Y es que, del total del pago de nómina destinado a personal universitario, el 41 por ciento se va para jubilados, mismos que se retiran por antigüedad en el servicio y no por la edad y tomando en cuenta la esperanza de vida, sin un salario regulador para calcular el monto de pensiones, dicha situación genera un boquete financiero.
Instituciones como el IMSS, el ISSSTE y casi 30 universidades públicas de México han modificado sus esquemas de jubilaciones para los empleados y según el actuario certificado Francisco Miguel Aguirre, al paso que va, sin cambiar su sistema de jubilaciones, en los próximos 15 años, la UMNSH tendría que destinar el 70 por ciento de su nómina al pago de jubilados; ahí está el meollo del déficit.
Especialistas han señalado la necesidad de incrementar los años de cotización, aumentar la edad del retiro, establecer un salario regulador y demás medidas para poner orden al Sistema de Jubilaciones.
Programas con terminales acordes a las nuevas divisiones internacionales del trabajo, reto académico y pedagógico
Jorge Vázquez fue enfático en que a la Universidad Michoacana le urge una reforma de carácter académico para reorientar las terminales de los programas educativos de educación superior y que éstos vayan en concordancia con las necesidades laborales del Siglo XXI:
“Ya no es congruente formar licenciados en Derecho, en Arquitectura o cualquier ingeniería en general, no es congruente con la nueva división internacional del trabajo, que exige la especialización. Inclusive se requiere de una sobre especialización. Por ello, es un desafío para la universidad ponerse en sincronía con este fenómeno mundial”.
“Una ingeniería, por ejemplo, debería tender a generar un ingeniero civil con terminal en carreteras, otra en puentes , otro en hidráulica. Un licenciado en Historia no basta, sino generar licenciados en Historia con terminal en Historia de México o Historia de Michoacán o inclusive Historia en Estados Unidos, por la relación migrante que se tiene con Norteamérica. Ese considero que es el reto académico mayor”, reflexionó.
Por otra parte, el ex catedrático no augura buenos tiempos para el Conacyt, institución que beca a miles de estudiantes que egresan de programas de licenciatura, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara que la instancia sería sometida a una severa revisión y reestructuración.
“El Conacyt ha generado amargas experiencias vividas en los posgrados en otros países, pues muchos de los estudiantes ya no regresan, se los apropian los gobiernos y empresas de los países a los que van a especializarse, mientras la sociedad mexicana que financió su formación no recibe los beneficios. Hay pues, una fuga de cerebros y ello se debe a la falta de previsión y planeación en la formación científica especializada. No es viable que se reciban conocimientos especializados en áreas o campos de conocimiento de escasa viabilidad en el país”, precisó.
Así, a 104 años de su institucionalización, la Universidad Michoacana, una de las instancias insignes que nacieron en el contexto de la Revolución Mexicana para la formación profesional, hoy se encuentra en una severa crisis que requiere de conciliación entre sindicatos, matrícula, autoridades universitarias, el Gobierno del Estado y la Federación, que cada año salen al quite con las gestiones de recursos extraordinarios.