PUNTO DE ENCUENTRO

“Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”
Octavio Paz

Ante los oídos sordos de la federación y con justa razón por ser parte de la misma ideología política, esta semana el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, decidió llevar las denuncias y pruebas de la presunta intervención de grupos delictivos en la pasada elección estatal y federal del 6 de julio ante organismos internacionales y gobierno de Estados Unidos de Norteamérica.

Entre los organismos a los que acudió el mandatario fue la Organización de los Estados Americanos (OEA) con sede en el vecino país del norte, cuyo objetivo tiene entre sus facultades: fortalecer la paz y seguridad del continente, promover y reforzar la democracia, respetando el principio de la no intervención, entre otras como prevenir causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros.

Para muchos, especialmente para los cercanos y simpatizantes de Morena, la defensa, lucha, acciones y declaraciones del gobernador son pan y circo, incluso se burlan y lo tachan de loco, sin embargo, el tema no es menor, especialmente porque el propio presidente de México ha dado y sigue dando señales de su intención de no acabar ni con el tráfico de drogas y menos aún de erradicar a los grupos delictivos de este país, todo lo contrario.

Y más allá de las declaraciones del presidente, se encuentran sus acciones desde el inicio de su mandato, pues ha preferido recibir y reunirse con los familiares de los narcotraficantes que recibir a los familiares de los niños con cáncer o los grupos realmente vulnerables de este país.

Además esta semana realizará casualmente una tercera visita, encubierta como “gira de actividades” a Badiraguato, en Sinaloa, en la que nuevamente visitará el municipio dónde nació Joaquín Guzmán y dónde el propio mandatario ha saludado a la mamá de este conocido narcotraficante que hoy en día se encuentra enfrentando su condena en los Estados Unidos.

Aunado a ello, transcendió en la columna de Salvador García Soto que autoridades de los Estados Unidos cuentan con información sobre la participación de grupos delictivos con Morena especialmente en Tamaulipas y otros estados más, de los que aún no han revelado nombres, pero de acuerdo a la información, las operaciones de los grupos delictivos las tienen registradas en actividades de las pasadas elecciones.

Así pues, las demás que ha llevado el gobernador a instancias internacionales, ya están siendo investigadas por autoridades de Estados Unidos.

Quien insista en decir que, con estas acciones, el gobernador de Michoacán está violando la Constitución Mexicana, desconoce los alcances de la Carta Magna y el Derecho Internacional Público, hay algo llamado paradiplomacia, que faculta a los gobiernos o actores locales de un país a establecer relaciones con otras naciones, con el objetivo de promover aspectos socioeconómicos, culturales o de cualquier índole que sea de su competencia.

Por ello, insisto, no descarte la frase de “cuándo el río suena, agua lleva”, porque aunque en este momento no se entienda o no se quiera ver el trasfondo del tema, no tardará en darse a conocer más detalles que en el momento están buscando ocultar.

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