Anchorage, EU

Para sorpresa de muchos, Allen Minish logró sobrevivir a un ataque de un enorme oso, cuando estaba solo e inspeccionando tierras para una inmobiliaria, junto a la autopista Richardson, cerca de la pequeña comunidad de Gulkana, a unos 306 kilómetros al noreste de Anchorage, una zona boscosa y bastante remota de Alaska.

“Lo vi y él me vio al mismo tiempo, y es aterrador”, dijo Minish por teléfono desde su cama en un hospital de Anchorage, un día después de ser vapuleado por el oso en un encuentro fortuito.

“Cuando se me subió encima, agarré su quijada para alejarlo, y así se perforó mi mano. Luego, me aventó hacia un lado, agarró una cuarta parte de mi rostro. Dio una pequeña mordida y luego dio una segunda mordida que me fracturó los huesos… y básicamente aplastó mi mejilla derecha”, contó Minish a un medio local.

Tras el ataque, Minish quedó con la mandíbula aplastada, una herida punzante en el cuero cabelludo tan profunda que el médico dijo que podía ver el hueso, laceraciones y muchas puntadas después de una cirugía de cuatro horas y media.

También trae un parche encima del ojo derecho y dice que a los médicos les preocupa.

Minish llamó al teléfono de emergencias 911 con su celular. Los socorristas llegaron 59 minutos después y lo trasladaron en helicóptero al Centro Médico Providence Alaska en Anchorage. Se reporta que su estado de salud general es bueno.

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