Camberra, Australia
Una de las peores plagas de ratones que ha afectado en las últimas décadas a Australia está arrasando desde hace varias semanas los cultivos de manera incontrolable y ha llevado al límite a los agricultores del país, ya afectados por las sequías y los incendios.
Estos ratones aparecen por doquier: en las alacenas, en los techos y paredes de las casas y debajo de las camas en las que duermen los granjeros, quienes se pasan horas colocando trampas o limpiando los cadáveres de estos animales.
Pero, además, estos agricultores del área rural de Nueva Gales del Sur y de la zona meridional del estado aledaño de Queensland, aseguran que los ratones pueden causar daños durante todas las fases de crecimiento de los cultivos de cereales, canola, lentejas y otras legumbres.
Danica Leys, directora ejecutiva de la Asociación de Mujeres Rurales de la región, comentó:
“Es una crisis económica y sanitaria. Desde la contaminación de los granos y el forraje para los animales y el agua por los ratones, hasta las enfermedades que propagan, esta plaga está afectando mucho a los cultivos, sin mencionar el estrés que causan”.
Para combatir la plaga, los granjeros deben invertir casi 11 mil euros en raticidas para cubrir un área de mil hectáreas antes de comenzar a sembrar.
Para mitigar la crisis, el gobierno de Nueva Gales del Sur anunció este jueves un paquete de 32 millones de euros mediante el cual se proveerá de forma gratuita a los damnificados con venenos y tratamiento de granos.
El primer reporte de una plaga de ratones en Australia se registró a finales del siglo XIX, aunque la mayor ocurrió en 1993, cuando los costes ascendieron a unos 61 millones de euros.