Manilas, Filipinas

En un momento en que Filipinas tiene dificultades para contener un brote de coronavirus, el presidente de ese país, Rodrigo Duterte, ordenó a la policía detener a los que no usan el cubrebocas correctamente, incluidos a los que lo llevan por debajo de la nariz.

El jefe de Estado lanzó esta nueva directiva después de una reunión urgente del grupo de trabajo sobre el covid que estudió nuevas medidas urgentes para frenar la pandemia.

Como se recordará, el año pasado, el jefe de Estado, conocido por sus declaraciones exageradas, a veces insultantes, afirmó que las fuerzas de seguridad debían abrir fuego contra quien creara “desorden” en zonas confinadas, lo que le valió fuertes críticas de las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

El portavoz del presidente, Harry Roque, confirmó que se ordenó a la policía que procediera a efectuar detenciones y precisó que eran posibles de hasta 12 horas.

Al mismo tiempo, la asociación de derechos humanos Karapatán denunció a la directiva como “no científica e ineficaz”, y la consideró como una nueva manifestación de “uso desproporcionado de la fuerza”.

Anteriormente, el ministro de Justicia y el jefe de la policía habían instado a los agentes a imponer multas o servicios comunitarios a los infractores, en lugar de detenerlos, tras la muerte de un hombre que, por violar el toque de queda, fue obligado a realizar un centenar de flexiones por la policía.

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