Lima, Perú

El puente Qeswachaka, el último de la época incaica, que se alzaba sobre el río Apurímac, colapsó la pasada semana por las fuertes lluvias y la falta de mantenimiento.

El puente colgante, de unos 600 años de antigüedad, fue construido con paja tejida que era renovaba cada año por las comunidades del río Apurímac que se reunían en junio en una ceremonia declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad em 2013  por la Unesco.

Sin embargo, debido a las medidas restrictivas del covid estas labores se han visto seriamente afectadas desde el pasado año.

Según se supo, un grupo multidisciplinario se dirigió al distrito de Quehue, en la provincia cuzqueña de Canas, para explorar alguna alternativa de restauración del puente ancestral, que además es el protagonista de numerosos destinos turísticos y culturales en la región andina de dicho país.

El puente colgante perteneció a las antiguas rutas del Qapaq Ñan o Camino Inca, y el motivo de su construcción en paja, en lo alto de un desfiladero del distrito de Quehue, respondió a la necesidad de contrarrestar los terremotos que son recurrentes en la región sur de Perú.

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