Tulum, Quintana Roo – El Universal
La familia de la migrante salvadoreña Victoria Esperanza Salazar Arriaza, de 36 años y asesinada el sábado anterior por cuatro policías municipales de Tulum, Quintana Roo, confirmó ayer que prepara una demanda internacional en contra de México por el homicidio de su pariente.
En una entrevista telefónica con el diario EL UNIVERSAL, el salvadoreño René Olivares Arriaza, hermano de la mujer, informó que el proceso apenas comienza pero que se hará con respaldo de la (estatal) Procuraduría de Derechos Humanos de El Salvador.
“Si”, respondió Olivares a la consulta de este diario acerca de la presentación de una demanda en contra del Estado mexicano y las distintas instancias municipales, estatales y federales que eventualmente tendrían responsabilidad en lo sucedido a su hermana.
“Lo que tengo entendido es que tenemos que tomar cartas en el asunto. Ahora estamos siendo asesorados por la Procuraduría. Ha sido mi mamá la que ha hecho todos esos trámites”, aclaró, al explicar que los detalles todavía son imprecisos.
“El estado de ánimo de toda mi familia, de mi mamá (Rosibel), de mi papá (Edwin Alfonso), de mi hermano (Carlos Alfredo) y mío es de un dolor total, de una impotencia y de coraje por lo sucedido con mi hermana el pasado sábado”.
“Más que todo tristeza y dolor por la pérdida. Cualquiera que haya perdido a un ser querido puede entender el dolor que se siente y más que ha sido en las condiciones que le pasó a mi hermana”.
Olivares, su madre y otros parientes de la salvadoreña acudieron ayer al Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, en la capital de ese país, y se entrevistaron con autoridades diplomáticas sobre derechos humanos.
“Hicimos la identificación del cuerpo de mi hermana a través de fotografías. También levantamos el acta para la repatriación del cuerpo de mi hermana, para poder tenerlo acá y darle su santa sepultura. La cancillería nos ofreció la ayuda para poder viajar a México y reencontrarnos con nuestras sobrinas”.
El objetivo es que simultáneamente sean repatriados el cuerpo y Francella Yaritza, de 17 años, y Estephanie Michelle, de 16, hijas de la fallecida, explicó. “Todavía no tengo el dato exacto porque estamos haciendo el trámite para coordinar el viaje. No tengo la fecha. Queremos regresar con el cuerpo y con las niñas”.
Aunque el feminicidio golpeó con severidad a los Olivares Salazar, la madre respondió con firmeza.
“A pesar de a la forma como mataron a mi hermana, mi mamá se ha mostrado bastante fuerte. Obviamente ella tiene un dolor inmenso como todos nosotros, pero también hay que tener valentía para plantarse, dar el mensaje y alzar la voz. Ella ha sido muy valiente”, agregó Olivares.
Victoria (huérfana de padre biológico) emigró hace unos cinco años a México y, según el hermano, “nunca tuve noticia de que quisiera llegar a Estados Unidos”.
“La situación en el país desde hace años está bastante deplorable por la violencia, la falta de empleos y de salarios dignos que obligan a miles de personas a migrar de El Salvador hacia otros países desgraciadamente. Ella fue una más de los miles de migrantes que se van a otros países en búsqueda de mejores oportunidades. Pero lastimosamente a ella le tocó vivir esa desgracia”.
“Por eso pienso que esto ha causado mucha indignación, porque hay muchas familias en El Salvador que tienen migrantes y a cualquiera le pudo haber sucedido. Lo más triste es que ella deberá retornar en un ataúd”.
La última vez que Victoria conversó con su madre fue el sábado pasado en la mañana vía Facebook, ya que esa red social se convirtió en su ruta de contacto frecuente, detalló el hermano. En la noche de ese mismo día ya había perecido.
Dolor
Al salir ayer en la mañana de la cancillería salvadoreña, la familia doliente evidenció sus sentimientos con llanto en una ira contenida y en desconsuelo con impotencia y ansias de justicia.
“Siento indignación, me siento impotente, me siento frustrada. Yo hubiera querido estar allí como madre, pero no, uno no puede estar en todos los lugares. Ya cuando los hijos crecen, ellos solos toman sus decisiones y ella se fue para allá. Y, sin embargo, no merecía esa muerte”, dijo la madre de Victoria.
“Se supone que las autoridades están para proteger a los seres humanos con todas sus técnicas que ellos les dan para tratar de someter a alguien. Pero ese fue un abuso de autoridad”.
Arriaza informó ayer tras la cita en la cancillería que espera viajar pronto a México para consolar a las dos menores.
“Dejamos la petición (de ir a México). Sí nos dijeron que nos pueden apoyar en llegar (a México). Allá están las niñas. Y tenemos que ir porque mi hija no tiene ningún pariente allá (en México). Ella se había ido y después se llevó a sus niñas”.
Victoria migró por las mismas causas que empujan a diario a centenares de salvadoreños a irse de El Salvador.
“Como era madre soltera ella, aquí quizás no hallaba un empleo digno, un trabajo. Entonces ella por eso se fue, por un mejor futuro de las niñas y de sacarlas adelante”.
La familia está preocupada por las hijas de Victoria, pues no tienen más parientes en México. Según lo que le informaron a Rosibel en la Secretaría de Relaciones Exteriores, una de las menores “ya está en custodia del DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia)”, mientras que la otra no, porque “siente temor de la policía” y “piensa que la policía le puede hacer algo”.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, dijo el domingo vía Twitter que “nosotros nos encargaremos de la manutención y estudios de las dos hijas de Victoria y de todo lo que necesiten (…) sólo pedimos justicia”.
Este lunes, Bukele, por el mismo medio, advirtió que “el caso de Victoria es mucho peor de lo que pensamos… el drama humano se extiende mucho más y deben haber varios cargos de misoginia y agresión (aparte del asesinato)”. Según el mandatario, “hay más agresores en este caso, también más víctimas. No todos los culpables están arrestados, aún”.