Ciudad de México – El Universal
Con el aumento acelerado de los contagios por COVID-19, Angélica Juárez Loya, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó que se acerca una posible tercera ola en la que se intensifiquen los padecimientos mentales como consecuencia de los efectos de la pandemia, que hasta la fecha, ha producido 147 mil 614 fallecimientos en nuestro país.
La especialista de la Facultad de Psicología (FP) dijo que como consecuencia se crea un ambiente de miedo generalizado, en el que la población se guía mediante distintos comportamientos.
Juárez Loya expuso que una de las formas en que la sociedad hace frente a la incertidumbre es informándose sobre el tema y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias. En otros casos, agregó la experta, las personas experimentan “fatiga pandémica”, y luego de un tiempo de habituarse a la nueva situación, destensan los cuidados.
La especialista en psicología clínica mencionó que, en ambos escenarios, los habitantes experimentan un desorden emocional, pues el confinamiento ha tenido una duración mucho más larga de lo que creíamos. “Varios especialistas han dicho que viene una tercera ola de problemas en salud mental, debido a lo que está generando esta pandemia después de tanto tiempo”.
Mientras que en la primera ola del COVID-19 se habló de los efectos secundarios que produciría a la salud física, los investigadores establecen que el inicio de la segunda sucedió durante el periodo que comprende los meses de diciembre y enero. Además, consideraron que la tercer ola se caracterizará por los trastornos mentales que derivarán de las consecuencias que ha traído la pandemia.
A diferencia de otras situaciones críticas, como los sismos, la contingencia sanitaria nos impide reunirnos físicamente con nuestros familiares y seres queridos, como una de las medidas para contener la transmisibilidad de la enfermedad. Este distanciamiento -atribuyó la investigadora- dificulta el control de las emociones negativas.
Sin embargo, reconoció que la sociedad mexicana tiene habilidades para enfrentar crisis, como es la ayuda humanitaria y la resiliencia, que fomentan el desarrollo de la estabilidad y la capacidad de comunicación pero nos enfrentamos a un fenómeno nuevo, por el cual, es normal no saber la forma de afrontar las emociones que nos provoca.
La académica de la máxima casa de estudios también reveló que la depresión, el trastorno de ansiedad, violencia excesiva y riesgo de suicidio son algunos de los padecimientos que podrían intensificarse entre la población, los cuales impactarían, indistintamente, a niños, jóvenes y adultos.