Morelia, Michoacán

Como todos saben, los mayores se muestran conspirativos en la noche del día 5 de enero y los pequeños, nerviosos, emocionados y con el corazón palpitante, se acuestan temprano y dejan los zapatos bien limpios con la esperanza de que la carta que enviaron con el encabezamiento “Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar…” haya llegado a su destinatario sin problemas y puedan recibir los ansiados juguetes. Sin embargo, pocos saben cuál, en realidad, es el origen de esta maravillosa y anciana tradición que ha perdurado hasta nuestros días y que nadie quiere perderse.

Fueron guiados por una estrella…

La única alusión que tenemos a estos personajes aparece en el Evangelio de San Mateo, en el que se mencionan a unos “magos”, sin dar sus nombres, ni decir que fueron reyes y ni mucho menos precisar que eran tres. Lo que sí deja en claro esta referencia bíblica es que estos hombrecillos mágicos llegaron del Oriente y fueron guiados por una estrella hacia un establo en Belén, donde, junto a María y José, encontraron al rey de los judíos que acababa de nacer. 

Allí no dudaron en postrarse ante él y ofrecerle varios lingotes de oro, el metal de los reyes; incienso, la ofrenda que se le hacía a los dioses, y mirra para atenuar sus futuros padecimientos.

Según la leyenda, allí también fueron advertidos por un ángel de que no volvieran a visitar al palacio de Herodes el Grande, el rey de Judea, Galilea y Samaria en ese tiempo, y vasallo del Imperio Romano, ya que este gobernante sólo quería acabar con la vida del niño, asustado ante la posibilidad de que el nuevo infante pudiera destronarlo en un futuro (de hecho, mandó a matar a todos los bebés menores de 2 años de edad).

¿Reyes o astrólogos?

El mito de los Reyes Magos se consolidó de manera definitiva durante la Edad Media en países como España, donde en el siglo XII se dio a conocer el Auto de los Reyes Magos, una obra fundamental en la historia de la literatura de la península y el texto teatral más antiguo que se conserva en lengua castellana. Curiosamente, en dicho libro aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar, pero no son definidos como “reyes”, sino como “astrólogos”.

Estos emisarios, que habían aparecido por primera vez con sus nombres en un famoso mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo, en Ravena, Italia, fueron los protagonistas más adelante de un sinnúmero de leyendas en las que se aseguraba que podían proteger contra la epilepsia y se les atribuían otros milagros. Es sabido, además, que en muchas localidades de Europa todos los días 6 de enero se empezaron a escribir sus iniciales (MGB) en las puertas de las casas y en los establos para salvaguardar a las personas y a los animales contra el ataque de los demonios y las brujas.

Adoración de los Reyes Magos. El Greco, 1968

La adoración de los Reyes alcanzó su máximo esplendor durante el Renacimiento, cuando grandes pintores como El Bosco, Rubens, El Greco, Velázquez y otros recrearon una de las imágenes más recurrentes de la tradición cristiana: tres reyes vestidos con áureos trajes, acompañados de exóticos séquitos, y arrodillados en un humilde establo de Belén.

Desfile de los Reyes Magos en Madrid, en 2015

La festividad de los Reyes Magos viene acompañada en varias naciones de pintorescas tradiciones como la cabalgata del 5 de enero, en la que, como antesala de lo que ocurrirá durante la noche, los tres Reyes Magos desfilan en maravillosas carrozas y reparten caramelos y otras chucherías.

Para no quedarnos rezagados, aquí en Morelia se acostumbra también a realizar una cabalgata de los Reyes Magos que se inicia en Las Tarascas y termina en la catedral, donde los papás y los pequeñines son recibidos por el arzobispo y participan en varias actividades dedicadas a la niñez, aunque este año tales eventos fueron suspendidos por las medidas sanitarias anticovid.

Carta a los Reyes

Eso sí, además de colocar su carta en el árbol, los pequeñines deben dejar agua y pan para los camellos, y una copita de licor o un vaso de leche acompañado de varias galletas para que los cansados reyes recuperen sus fuerzas. De todas formas, los niños que se han portado mal no reciben en México todos sus obsequios y en algunos países solo les dan un trozo de carbón (o de azúcar).

Rosca de Reyes

Lo que si no puede faltar en nuestro país es la Rosca de Reyes, pan tradicional mexicano en forma ovalada, adornado con fruta secas, que representa la búsqueda de la sabiduría de los hombres.

Según dicta la tradición las personas deben hacer una comida o cena para cortar la rosca y quien tenga la fortuna de encontrar un muñequito que se esconde adentro deberá ofrecer a los involucrados una tamaliza el 2 de febrero, Día de la Candelaria.

Como si fuera poco, en Morelia los panaderos de la ciudad confeccionan igualmente una rosca monumental en la Plaza Valladolid (o Plaza San Francisco, como se le conoce) financiada por el Ayuntamiento, que llena los estómagos de miles de niños y de los complacidos adultos que los acompañan.

Bueno, solo queda entonces esperar al amanecer de mañana día 6 para enterarnos si los Reyes Magos han podido visitar nuestras casas, a pesar de los peligros de la actual pandemia. ¡Esperemos que sí!

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