Morelia, Michoacán

Algunas personas, obligadas a permanecer en sus casas por las cuarentenas y las medidas de prevención que se han impuesto para combatir el COVID-19, han desempolvados sus viejos libros, repletos de hermosas y atractivas historias, y se han puesto a leer para salir del bache, combatir el tedio y el aburrimiento.

Entre las obras que se han puesto de moda otra vez, figura El llano en llamas, de Juan Rulfo, el autor de Pedro Páramo, el prototipo de la novela mexicana. Y créanme que el hecho no es casual, porque esta colección de cuentos retrata como ninguna las características del hombre humilde de nuestro país, así como sus bondades naturales.

“Macario”, “¡Diles que no me maten!”, “La noche que lo dejaron solo”, “No oyes ladrar los perros” y otras desgarradoras y fantásticas historias que aparecerán ante nosotros se desarrollan en el sur del estado de Jalisco, tierra nativa del escritor, donde las lomas polvorientas, los cerros melancólicos y los largos caminos de tierra se hacen presentes en narraciones que exploran en las tradiciones y costumbres, en lo folclórico, en lo pintoresco y en lo inusual e ignorado con el propósito deliberado de ponernos a volar el alma y los sentimientos.

El llano en llamas retrata a personajes tan inverosímiles como creíbles, y con un lenguaje lleno de color local, no carente de poesía y valor literario, nos presenta diálogos descarnados, directos y dolorosamente reales, los cuales nos impiden abandonar el libro hasta que lo terminemos.

Creo que en estos días de lucha contra la pandemia debemos liberarnos, un poco, de la tele, la compu, el celular, los tablet y otros secuestradores del tiempo para vivir otras muchas vidas a través de un libro que sea capaz de enamorarnos. ¡Pruebe y verá!


Discover more from Primera Plana MX

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Deja un comentario