Melissa García – Morelia, Michoacán

Tener VIH, el virus que puede causar el SIDA, es vivir estigmatizado, por eso, al otro lado del teléfono sólo se escucha una voz, es un hombre de 32 años que a sabiendas de los señalamientos y el rechazo social que provoca la enfermedad, decide relatar aquello que enfrenta sin tener que ser observado.

Con un tono firme pero con la suavidad de quien tiene un propósito y una salud estable, Pablo menciona que desde septiembre del 2019 fue diagnosticado con VIH.

“Comencé a presentar molestias luego de tener contacto sexual con un amigo”. Una infección bacteriana atacó su cuerpo y decidió asistir al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por contar con esa prestación. Al mencionar de qué molestia se trataba, el médico le realizó un cuestionario que lo llevó a pensar que Pablo estaba contagiado de VIH.

El diagnóstico

La prueba fue rápida pero imprecisa, la falta de capacitación médica ante lo que significa el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) arrojó un diagnóstico errado, sin embargo, días después el galeno buscó a Pablo, debían repetir la prueba porque había inconsistencias; de nueva cuenta, el joven profesionista fue sometido a revisión, pero nada tenía qué ver con las molestias bacterianas que presentaba y por lo que había acudido principalmente al hospital.

A partir de aquel diagnóstico, Pablo afrontó con valentía el VIH, comenzó a investigar con mayor precisión qué seguía, cuáles eran los tratamientos antirretrovirales que debía tomar, lo que lo hasta hoy lo mantiene saludable, ya que comenta que el virus no es mortal si los tratamientos son adecuados. Sin embargo, la enfermedad la enfrenta sin el acompañamiento familiar, lo hace solo, con una carga emocional que poco a poco expresa con algunas personas, no así con su círculo más cercano, pues considera que lo primero que pensará su mamá, de quien se expresa con mucho amor, es que morirá, a pesar de que no se note que sea cero positivo, ni jamás haya fomentado alguna duda sobre si está enfermo.

“Hace falta mayor educación e información sobre lo que es el VIH, la gente en su mayoría piensa que estar infectado del virus es cien por ciento seguro que mueras, pero eso es falso. Tuve más miedo cuando me diagnosticaron COVID-19 en junio pasado, pensé que ese virus atacaría mi cuerpo de manera más agresiva por tener VIH, pero no fue así, mi conteo normal de linfocitos estaba alto, lo que ayudó a que tuviera sólo un poco de fiebre, y fuera dado de alta sin mayor problema”.

Lo cierto es que a Pablo le diagnosticaron VIH casi inmediatamente después de asistir al hospital, no así la sífilis que también contrajo en aquel encuentro sexual en el que, reconoce, no se cuidó, a sabiendas de que el VIH ronda los espacios de encuentro sexual; se inmiscuye en la intimidad de manera silenciosa, doliente, porque a pesar de que su “amigo” estaba infectado, nada le mencionó y luego de saber el diagnóstico de Pablo, desapareció por completo.

En Michoacán

Actualmente, en Michoacán existen 2 mil 27 personas recibiendo antirretrovirales de manera gratuita en el Sector de Salud Estatal. En lo que va del año, se han detectado 237 casos, 216 diagnósticos son de hombres y 21 de mujeres, refiere la estadística estatal.

Al cierre del 2019, la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), reportó 326 nuevos positivos de VIH por transmisión sexual, contando con mil 912 pacientes en tratamiento.

Foto: Saludiario

La política pública respecto de la prevención, tratamiento, desabasto de medicamentos y educación en torno al virus del VIH, son el lastre de cada administración señala Raúl Martínez, integrante del Colectivo Michoacán es Diversidad.

“Como Colectivo, hemos tenido que apropiarnos del espacio público para dar información sobre lo que significa el VIH, hacemos pruebas rápidas que a pesar de que se realizan en las plazas, la confidencialidad es absoluta”.

De poco sirve la detección que se hace, al no existir una base de datos confiable que le dé seguimiento a todos los casos, hay quienes dejan de tomar su medicamento y nadie sabe si se encuentran bien, están muertos o algo externo les impidió seguir con el tratamiento, menciona.

Raúl resalta que existen alrededor de 9 mil casos detectados en Michoacán, de los cuales aproximadamente 3 mil son los que atiende la Secretaría de Salud del Estado, los demás son monitoreados en los hospitales de seguridad social. Uno de los datos que no existen con precisión es lo concerniente a la tasa de mortalidad.

Atención limitada

La atención en el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) es limitada, los pleitos sindicales evitan que los enfermos de VIH accedan a los tratamientos de manera digna.

“El tema es estructural, además de los posibles desabastos que se presentan en el Seguro Social, al emitir la dosis hasta 8 días después de ser solicitada, se suma la parte estructural. ¿Cómo podemos aspirar a prevención si no existe un abasto suficiente para quienes ya están en tratamiento? ¿Cómo garantizar una propuesta de prevención si la Secretaría de Salud se reduce a la distribución de condones de manera masiva?, pero que en las jurisdicciones sanitarias no están disponibles”.

El caso de Pablo puede ser el caso de todos si la atención se brinda con oportunidad, si los medicamentos no se retrasan, si quienes se infectan buscan ayuda y a la par del tratamiento médico, encuentran un acompañamiento emocional y psicológico, aunque esa aportación la encuentren en los colectivos, ya que en el sector salud no existe la sensibilidad, ni la educación suficiente para tratar el tema, subraya.

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