Juan Antonio Magallán – Morelia, Michoacán

La tendencia manifestada en la intención del derrumbe de monumentos simbólicos del pasado, es resultado de una consciencia histórica incipiente, inacabada; que a la vez representan la esclavitud simbólica a la que son sometidas las minorías sociales, explicó el filósofo michoacano Jorge Vázquez Piñón.

Tras la polémica generada para que el monumento “Los Constructores de la Ciudad” del escultor José Padilla Retana sea retirada por petición del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) ya que representa la esclavitud a la que fueron sometidos los pueblos indígenas y la respuesta del Ayuntamiento de Morelia de organizar una consulta para determinar que se retire la pieza artística, Vázquez Piñón resaltó que los monumentos representan homenajes a las sociedades a través del tiempo, pero al convertirse en símbolos, representan contradicciones históricas irresolubles.

FOTO: ACG

“Hay tendencias en el mundo que pugnan por derrumbar monumentos de exploradores y conquistadores, esa tendencia de impugnación a los monumentos de esa clase de hombres, puede interpretarse como una consciencia histórica incipiente, que denuncia injusticias que ya pasaron y porque ya pasaron, esas revueltas manifiestan su corto alcance”.

Jorge Vázquez resaltó que esas tendencias de derrumbar los monumentos de personajes históricos que representan periodos de avasallamiento son producto de la esclavitud simbólica de la vida contemporánea, en la que la explotación para grupos minoritarios (en este caso el sector indígena), viven situaciones de precariedad porque el Estado no genera bienestar generalizado, entonces hacen valer su voz desde lo simbólico.

“Vivimos escenas estrujantes en Morelia, hombres mujeres, niños, niñas, haciendo malabares en los semáforos, eso es la expresión de la esclavitud simbólica, pero derribar monumentos no aporta nada”.

Jorge Vázquez recalcó que el monumento en el que se representa a Fray Antonio de San Miguel, si bien remueve el sub consciente de la sociedad moreliana, en sentido de las condiciones de esclavitud y explotación a que fueron sometidos los indígenas en general durante y después de la época novohispana, reconoció que el fraile aportó de sus recursos para la edificación del acueducto, construcción que ayudó a soportar la sequía que se vivía en Valladolid (hoy Morelia) para fines del Siglo XVIII.

Foto: ACG

Adentrándose a las ideologías que están presentes en la discusión, el filósofo michoacano explicó que por un lado está el indigenismo promovido por el PRI desde los años cuarenta del Siglo XX, frente al hispanismo, promovido por la burguesía, la iglesia, partidos políticos como el PAN y el gobierno español, el cual lleva cuatro décadas promoviendo programas educativos de maestría y doctorado en España para defender el patriotismo peninsular.

En síntesis, el estudioso reflexionó que dado que es un monumento, lo central de la discusión, sería centrarse en su calidad estética, toda vez que no tiene caso agraviar monumentos, sino pensarlos como símbolos que representan contradicciones irresolubles, producto de una sociedad que está comenzando a tensar, discutir y reflexionar sobre su realidad.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí