EL OJO AVIZOR
Las mexicanas y lo mexicanos queremos paz. Pero no la paz de los cementerios. No queremos la paz del silencio. El amor hoy se convierte en un grito desgarrador y de indignación, porque no habrá paz sin justicia.
Las mujeres

Mujeres mexicanas. Víctimas de nuestro silencio, de nuestra complicidad. Pero víctimas sólo de nuestros crímenes y nuestro odio, pues en sus vidas son las principales constructoras de la paz y del amor en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestros centros de trabajo, en nuestras vidas.
Hoy Jessica, que vive y vivirá para siempre entre nosotros, es la cara de miles y miles de mujeres sistemáticamente abusadas, constreñidas, coartadas, extinguidas. Es el rostro que se yergue con toda dignidad ante nuestra inmundicia, ante una cultura y un sistema que institucionaliza su infelicidad y su sufrimiento bajo el disfraz de moral pública y normas sociales.
Y hoy este digno semblante viene a cobrarnos la factura de lo que decidimos ser, del Estado y la sociedad que construimos y mantenemos con completa indiferencia, en donde los honorables versos de la Constitución Mexicana se convierten en palabrería fútil cada vez que una mujer no puede ser lo que quiere ser, como quiere ser, y se le impone la camisa de fuerza de nuestra necedad y nuestra estupidez.
Mujeres: esta es su lucha. Y lo será hasta que retiemble en sus centros esta tierra con sus gritos, con sus puños alzados; hasta que su indignación activa tumbe hasta la última piedra del perverso machismo que hoy define la mexicanidad. Y si esta mexicanidad ya no sirve, destrózenla hasta sus cimientos, y construyamos una nueva, una digna de ustedes, para todos nosotros, digna como el rostro de Jessica.
Los hombres

¿Nacimos “para cuidarlas”? ¿Acaso se les olvida que Dios, la naturaleza, la evolución, el instinto animal, o como ustedes quieran llamarle, decidió que fuera una mujer quien cuidara de todos nosotros, en su seno, desde mucho antes de nacer?
Hombre: primero cuida de tu boca, de tu mente y de tus manos antes de pensar en cuidar de nadie. Ellas se bastan solas, y les basta con que te conviertas en un ser digno, en tus palabras, en tus pensamientos y en tus acciones, para lograr su cometido.
Calla y escucha, y prepárate para luchar a su lado cuando intereses obscuros traten de vencer sus fuerzas, cuando el odio y la brutalidad institucionalizada lleguen al punto decisivo en donde será necesaria tu presencia para que, en silencio, dejes claro de qué lado estás.
Respeta su lucha, hasta las últimas consecuencias, y no calles cuando en aquellas trincheras ocultas a la mirada de ellas el machismo intente perpetrarse, y enfrenta su necedad asesina con honor.
El gobierno

Gobernantes, diputados, políticos: ¿Lo lamentan? Ya se les acabó el tiempo de “lamentar”. Ya la responsabilidad les llegó a las narices, y si no lo entienden terminarán ahogados en sus lamentos. Es hora de actuar, o háganse a un lado, porque este México no es suyo, y este México está harto.
111% más feminicidios en los últimos cuatro años. 3 cobardes asesinatos de mujeres por ser mujeres hay cada día en este país, al que ustedes llenan de promesas y compromisos. Estas son las cifras de su incumplimiento, las calificaciones de su insuficiencia.
Es verdad: ustedes también son humanos, pero cada día que despiertan en sus cargos y ponen cualquier asunto como prioridad por encima de éste están escupiendo en la cara del pueblo; en la digna cara de Jessica, que hoy nos representa.
L@s figurettis

Y los payasos de nuestra sociedad, ahora potenciados por las redes y la comunicación universal, dejen de revolcarse en la sangre de las que nos faltan para mostrar sus caras escotadas y maquilladas en su hambre insaciable de popularidad. Desaparezcan del foco y no ensucien la lucha con su patético protagonismo.
#LasCosasComoSon
Hoy Jessica es el orgulloso rostro de nuestra dignidad, y ya no es cuestión de formas, ni importan los muros, las pintas o los monumentos. Hoy la lucha es de ellas, de las que están vivas, y si necesitan demoler la nación para construir otra más digna, pues tendrán que hacerlo, y los demás les abriremos el paso.
Nos llegó la hora. Y al momento de reconstruir estaremos juntos, ellas y nosotros, en el diálogo y el consenso, para edificar otro México, uno digno de Jessica, uno digno de ellas, uno digno de todos, uno hecho de amor, paz y justicia.
El autor es doctorante y maestro en Políticas Públicas, miembro del Consejo Estatal para la Construcción de la Paz y la Reconciliación.
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