Zaira Mora – Morelia, Michoacán
Cuenta la historia, que cuando Dios estaba preparando el mundo, se reunió una tarde con todos los árboles y pidió que cada árbol eligiera la época en la que cada uno de ellos quisiera florecer y así, embellecer la Tierra.
Y en un estallido de alegría comenzaron todos a gritar: “otoño, verano, primavera!”.
Pero Dios vió que ninguno elegía la estación de invierno, entonces preguntó:
–¿Por qué nadie elige la época de invierno?
Cada uno tenía su razón. ¡Muy seco! ¡muy frío! … muchos incendios!
Entonces Dios pide un favor…
–Necesito al menos un árbol que embelese el invierno, que sea valiente y capaz de enfrentar el frío, la sequía y las quemas, y en ese frío poder embellecer el mundo.
Se quedaron todos en silencio.
Fue entonces que un árbol callado y tranquilo al fondo, sacude sus hojas y dijo:
-¡Yo voy!

Y Dios con una sonrisa preguntó:
–¿Cuál es tu nombre?
–¡Me llamo Amapa, Señor!
Los otros árboles, quedan espantados del coraje de la Amapa y su locura de querer florecer en invierno.
Entonces Dios respondió:
-Por atender mi pedido te haré florecer en el invierno no sólo con un color, sino con varios, para que también en invierno, el mundo sea colorido. Tendrás diferentes colores y texturas y tu linaje será enorme.
Y así Dios hizo uno de los más hermosos árboles que dan color al invierno. Por lo que cada invierno podemos apreciar a la Amapa de colores como:
- blanco.
- amarillo.
- amarillo del pantano.
- amarillo de la hoja lisa.
- amarillo niebla.
- rosa.
- púrpura.
- morado.
Seamos como la Amapa y florezcamos en los inviernos de la vida.
Discover more from Primera Plana MX
Subscribe to get the latest posts sent to your email.