Ciudad de México – El Universal
Todas las personas secuestradas por Maxim Krivosh esta mañana en la ciudad de Lutsk, en el noroeste de Ucrania, fueron liberadas después de más de doce horas de cautiverio.
“Todos están a salvo”, escribió en Twitter el ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov.
El secuestrador se rindió a las fuerzas del orden, precisó a la AFP una fuente policial.
Un gran cordón de seguridad fue desplegado alrededor del vehículo, constató un periodista de la AFP.
Los servicios de seguridad ucranianos (SBU) abrieron una investigación por “atentado”.
El secuestrador, un expreso, abrió fuego contra un dron que sobrevolaba el minibús y arrojó un paquete explosivo hacia la calle, señaló Guerashchenko a la AFP.
Esta mañana, un hombre armado que llevaba explosivos tomó como rehenes el a unos veinte pasajeros de un autobús en Lutsk, ciudad del oeste de Ucrania, indico la policía.
“Un hombre tomó el control de un autobús con unos veinte pasajeros a bordo en el centro de Lutsk, hay explosivos y armas”, declaró la policía regional en Facebook.
La policía nacional ucraniana indicó por su parte en un comunicado que “hubo dos disparos en dirección de las fuerzas del orden” y que “el atacante lanzó una granada desde el autobús que por suerte no estalló”.
El hombre también dice haber escondido “en otro lugar un artefacto explosivo que podría activarse a distancia”, según la fiscalía general ucraniana.
El centro de Lutsk, ciudad de unos 200 mil abitantes a 400 kilómetros al oeste de Kiev, quedó cerrado a la circulación, según el ministerio del Interior.
Las imágenes difundidas por los medios locales mostraron un minibús detenido con dos cristales rotos y las cortinillas cerradas.
Varios policías armados fueron desplegados al lugar, así como un vehículo blindado.
El hombre llamó a la policía y se presentó con el nombre de Maxime Plojói, dijo en Facebook el vice ministro del interior Antón Gerashchenko, sin precisar cuales son sus reivindicaciones o sus motivaciones.
Más tarde Gerashchenko dijo que el sospechoso se llamaba Maxime Krivoch, un ucraniano de 44 años, condenado dos veces por “fraude” y tenencia ilegal de armas, entre otros.
Según el viceministro pasó diez años en prisión en Ucrania.
Ucrania, una exrepública soviética, se enfrenta a la proliferación de armas ilegales, un problema exacerbado desde que en 2014 empezó una guerra contra los separatistas prorrusos en el este de su territorio.