Ciudad de México – El Universal

Un joven salvó a Cruz Azul. El muchacho Andrés Gudiño se creció en la tanda de penaltis al parar dos disparos, y Julio César Domínguez anotó el decisivo en muerta súbita para que la Máquina derrotara a los Tigres 4-3, cuando en el tiempo regular se empató a un gol.

Ahora, los cementeros esperarán en la final de la Copa por México al ganador del Clásico Nacional entre América y Guadalajara.

Tigres estuvo a minutos de ganar en tiempo regular con el gol que anotó Luis Quiñones (34’), pero en la compensación, Igor Lichnovsky igualó y mandó a los penaltis, donde el joven Gudiño fue la figura.

Duelo pesado en la primera parte. Si estos equipos fueran boxeadores se podría decir que tuvieron largos rounds de estudio, con un Cruz Azul un poco más atrevido, intentando encontrar un huevo por donde hacer daño, pero sin conseguirlo, sin dar un buen golpe; en tanto Tigres esperando,, aguardando el momento preciso para comenzar a ganar metros.

Los felinos lograron hacerse espacios con simple matemáticas, Ricardo Ferretti vio que Cruz Azul sólo tenía tres en media cancha, y mandó a pelear con cuatro, por lo que ganó metros, ganó posesión y así generó el tiro de esquina en el cual Luis Quiñones con un certero cabezazo abrió el marcador.

Con el orgullo herido, Siboldi dejó a su cuadro titular y comenzó a empujar de nueva cuenta a Tigres, y los regios, acostumbrados a esto, se dejaron “querer”, tendiendo como siempre una trampa.

Ya cerca del final del juego, con más cambios, Tigres replegó, Cruz Azul pisó el área felina, e Igor Lichnovsky en la agonía metió el tanto del empate que mandó el juego a los penaltis.

Los felinos pudieron liquidar. Rafael de Souza pudo ganar en los primeros cinco disparos, pero falló. Vino la muerta súbita, Guido Pizarro mandó su disparo al poste y vino el Cata Dominguez para dar el triunfo a Cruz Azul.

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