Juan Antonio Magallán – Morelia, Michoacán

Ante las proyecciones del aumento de 2.2 grados centígrados para las próximas tres décadas en Michoacán, el monocultivo del aguacate, la dependencia de la agricultura de temporal en un 61 por ciento de los cultivos y la reducción de precipitaciones de 0 a 20 milímetros, la entidad vivirá en el corto y mediano plazo la reducción de rendimiento en su producción agrícola, tendrá menor superficie cultivable y se reducirán empleos del sector primario.

Así lo señaló Alba María Ortega Gómez, doctora en Ciencias del Desarrollo Regional del Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales (Ininee) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Al emitir la conferencia virtual “Agricultura y Cambio Climático en Michoacán en el Contexto Actual”, emitida desde la plataforma Facebook de la Secretaría de Medio Ambiente Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet), la especialista recalcó que la contingencia de COVID-19 ha generado el reto de asumir una postura de “nueva normalidad”, no obstante, dijo que el Cambio Climático representa un reto mayor, “es una nueva normalidad que ya nos alcanzó hace años”.

La estudiosa definió al Cambio Climático como a las alteraciones en el clima atribuidas directa o indirectamente a la actividad humana que alteran la composición de la atmósfera mundial, analizada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

“El cambio climático traerá efectos económicos con la caída del PIB de los países, pero lo más grave será la falta de disponibilidad de recursos para la agricultura, con la escasez de agua y por ende, se atenta contra la seguridad alimentaria, escasez de bienes y servicios ambientales, así como desplazamientos y migraciones”, expresó la académica.

Referente a los impactos sobre la salud, Ortega Gómez dijo que el Cambio Climático traerá contaminación del aire, aumento de enfermedades transmitidas por vectores y reducción de cantidad y calidad de agua, así como un aumento a los niveles del mar.

Aterrizando las cifras en el caso Michoacán, la especialista dijo que la entidad avanza hacia el monocultivo de aguacate, el cual alberga el 66 por ciento del total del valor de la producción, mientras otros productos como la caña tiene el 7 por ciento, el melón 10 por ciento, zarzamora 3 por ciento, mango 1 por ciento, maíz 8 por ciento y otros cultivos el 5 por ciento.
Se avizora que las sequías afectarán por igual a quienes cultivan en temporal que a los de riego tecnificado.

En ese sentido, puntualizó que del total de agricultura por temporal, el maíz ocupa el 46 por ciento, el 14 por ciento sorgo forrajero, el 10 por ciento de sorgo, los pastos tienen un 9 por ciento, el jitomate 9 por ciento, chiles 4 por ciento y sandía 3 por ciento.

“En Michoacán ya hay evidencia de sequía desde hace varios años, con estos eventos que causaron siniestros grandes en las superficies de Tierra Caliente, tuvimos sequías en el año 2015 y también heladas, pero también hablamos de desastres como los que acaban de pasar en Peribán o en el Oriente, tenemos la problemática y la constante amenaza que irá de menos a más”, advirtió.

A nivel mundial, la agricultura brinda alimento a siete mil 700 millones de habitantes en el planeta y se proyecta que en los próximos 40 años aumentará en un 40 por ciento la demanda de alimentos, se necesitará 30 por ciento de más agua para los procesos de transformación productiva y habrá una demanda del 50 por ciento mayor de energía, todas las necesidades se verán mermadas y habrá menor disponibilidad de recursos, las sequías y chubascos abundarán, echando a perder las cosechas.

Alba María ortega dijo que en Michoacán se conjugan condiciones que aumentan los riesgos de estragos que causaría el Cambio Climático, entre los cuales destacó: asentamientos en zonas de riesgo, economía dependiente de sector primario, bajos niveles de ingresos, inseguridad, sobreexplotación de recursos naturales, deforestación, incremento de uso de agroquímicos, producción y mal manejo de residuos sólidos urbanos, sobreexplotación de mantos acuíferos, entre otros.

Aseguró que de continuar con la quema de combustibles fósiles, las proyecciones de aumento de temperatura en las próximas décadas llegarían al aumento de 2 a 2.2 grados centígrados de la actual temperatura.

Finalmente, la estudiosa reconoció que desde el gobierno estatal, en Michoacán se han generado políticas públicas para hacerle frente al Cambio Climático, destaca la emisión del Programa Estatal de Cambio Climático publicado el 14 de julio del 2017 con vigencia hasta el 2021, así como la promulgación de la Ley de Cambio Climático, herramientas alineadas para frenar los efectos adversos en la entidad.

Según las proyecciones del Programa Estatal de Cambio Climático, para junio de 2030 se disminuirán de 0 a 20 milímetros los niveles de captación de agua pluvial y habrá una propagación de enfermedades por vectores, así como el incremento de temperaturas en las partes altas y medias del Estado.

Lo anterior traerá reducción de rendimientos agrícolas, menos superficie cultivable, bajos ingresos y menos empleos del sector agrícola.

“Aun en mejores escenarios de reducción de gases de efecto invernadero, los impactos serán inevitables, por ello la urgencia de adaptación ante consecuencia de este fenómeno es a donde debemos avanzar”, indicó.

Por ello, propuso a la ciudadanía a adaptarse al cambio climático, lo cual implicaría fortalecer capacidades de planeación, acciones políticas de financiamiento y un urgente análisis costo-beneficio y monitoreo de vulnerabilidad.

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