Morelia, Michoacán – Cuauhtémoc Castañeda
Las políticas públicas actuales del Gobierno de México en materia de seguridad, salud y economía, en general han fallado, porque si bien han roto con lo establecido, esto no es suficiente, ya que no se ha planteado el modelo con precisión y claridad, y esto ha sucedido, porque quienes las están aplicando no tienen idea hacia dónde deben ir, por eso no han logrado el éxito deseado, así lo dijo a Primera Plana Noticias, el Arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, durante la presentación del programa de los Centros de Escucha.
Al encuentro asistieron los obispos de Michoacán, los coordinadores de las comisiones y los responsables de las dimensiones diocesanas de pastoral de cada una de las diócesis de Tacámbaro, Apatzingán, Zamora, Lázaro Cárdenas y Morelia.
“Es muy lamentable que tengamos un presidente de la República que ofreció y se comprometió a crear condiciones de paz, de reconciliación en México y que todo ha quedado en buenas intenciones”, expuso el arzobispo Carlos Garfias Merlos.
Expresó que es triste y muy doloroso para el pueblo que la violencia y los asesinatos sigan en aumento, “y resulta más desafiante para que todos en conjunto hagamos algo, gobierno, las iglesias, la iglesia católica, las organizaciones y en general la sociedad civil”.
Apeló a que juntos “podamos encontrar la forma de hacer surgir la corresponsabilidad y que nos comprometamos a construir la paz con la parte que a cada uno nos corresponde, en la debida atención a las víctimas de la violencia, en organizarnos para crear condiciones de seguridad y confianza, y todos podamos aportar nuestro granito de arena para la construcción de esta paz verdadera”, subrayó el arzobispo.
Profundizó que de eso se tratan los Centros de Escucha, que fueron pensados para la atención de jóvenes víctimas de la violencia, donde se les ofrece un espacio seguro, se da atención primaria psicológica, techo y cobijo y en una segunda instancia, si así lo permiten la víctimas, se les canaliza para que puedan recibir una atención más de fondo para que logren recuperarse satisfactoriamente e integrarse a la sociedad nuevamente.
Examinó que para lograr esto, se requiere de mucha dedicación, mucho empeño, personas realmente comprometidas y recursos que tampoco es fácil conseguirlos, por eso, dijo, es una labor que nos ocupa a todos, para sacarla adelante.
Monseñor Garfias Merlos explicó que este modelo se adoptó de la experiencia de la Iglesia católica colombiana que decidieron atender a las víctimas de la violencia exacerbada que sufrió ese país durante las década de los 80’s y 90’s a consecuencia del narcotráfico y las FARCS, y ha demostrado a lo largo de más de 30 años su eficacia.
La Iglesia, expuso, logró entender que para poder implementar un proceso de construcción de paz verdadera, era necesario, primero atender a las víctimas, educar para la paz, crear una plataforma social, y una vinculación con las organizaciones e instituciones que puedan aportar en la reintegración de las víctimas.
“Nuestra intención –enfatizó el jerarca católico– es llevarlo más allá de aquí en Michoacán, creando centros para la capacitación donde puedan aprender un oficio o actividad productiva; ya lo hicimos en Guerrero, por eso puedo hablar de la eficacia de este modelo, porque tengo alternativas reales que estamos empezando a ejecutar aquí en Michoacán”.
Recordó que son ya 10 años aplicándolo y en situaciones realmente adversas y de mayor emergencia que había que implementar de manera inmediata, como fue el caso de Guerrero, aquí –en Michoacán- están dadas otras condiciones para hacer algo más sólido, más fundamentado, que yo creo tendrá un mejor futuro, dijo, con un convencimiento esperanzador.