Ciudad de México – El Universal
YouTube indicó que tomará una “postura más fuerte” sobre la prevención del discurso de odio contra figuras públicas y creadores que usan su plataforma en respuesta a una controversia ampliamente publicitada a principios de este año.
La plataforma señaló que ha actualizado las reglas que rigen los ataques personales y prohibió los videos que ‘insultan maliciosamente’ a las personas en función de su raza, expresión de género u orientación sexual.
Por primera vez, esas pautas más estrictas se aplicarán no sólo a los usuarios individuales, sino a todos en la plataforma, ya sea un creador de YouTube o un funcionario público.
“Ya no permitiremos contenido que insulta maliciosamente a alguien en base a atributos protegidos como su raza, expresión de género u orientación sexual”, dijo Matt Halprin, vicepresidente, jefe global de confianza y seguridad en YouTube.
La medida se produce después de que el periodista estadounidense Carlos Maza se quejó de insultos homofóbicos y racistas “claramente hirientes” en junio, dirigidos a él por el destacado realizador de videos Steven Crowder.
Inicialmente, YouTube, propiedad de Google, decidió no tomar medidas contra los videos, en los que se burlaban del acento y los movimientos de las manos de Maza, y lo describió como un “homosexual lisiado” y un “chico gay mexicano” antes de decir que revisará su política de acoso
Seis meses después del incidente, YouTube ha anunciado una serie de cambios en un intento de apuntar al “lenguaje degradante que va demasiado lejos”.
Como parte de ese esfuerzo, la plataforma dice que ahora prohibirá lo que considera campañas de acoso específicas como la lanzada por Crowder.
Define una campaña como insultos que ocurren en varios videos en un esfuerzo sostenido para atacar a otro usuario.
Las políticas más estrictas también ampliarán el alcance del contenido punible.
Si bien las políticas anteriores prohibían las amenazas manifiestas contra la vida o el bienestar de otra persona, las nuevas reglas también intentarán cubrir las amenazas implícitas, como blandir un arma mientras se habla de otra persona.
