Ciudad de México – Excélsior

La casa embrujada más aterradora de los Estados Unidos, McKamey Manor, anunció un premio de 20 mil dólares (400 mil pesos) a quien logre terminar su recorrido, y aunque la suma parece tentadora, la verdad es que, según la WFLA, la experiencia es tan extrema que nadie ha logrado completarla.

Las aterradoras actividades de la casa están encaminadas a la tortura y la persecución; incluyen la posibilidad de ser secuestrados, atados, golpeados, ser obligados a comer insectos, o ser ahogados bajo el agua o con bolsas de plástico; básicamente todo lo que te llega a la mente cuando piensas en una película de terror gore.

El recorrido es tan extremo que está pensado para tener una duración de ocho horas si lo completas, en las que los participantes son filmados a cada momento y los videos se publican en línea.

El creador de ésta particular experiencia es Russ McKamey, quien advierte en el sitio web que “la casa da lo que ofrece, un campo de entrenamiento para el terror de la supervivencia.”

“Se trata de crear una experiencia cinematográfica. Genera ansiedad, miedo, repulsión y, finalmente, alivio, cuando sales huyendo”.

Quienes deseen vivir la aventura de McKamey Manor tendrán que pasar antes por un proceso de selección riguroso, ya que la casa solo recibe a unos cuántos visitantes cada fin de semana.

Hay una larga lista de requisitos para lograr el acceso, tal como indica el sitio web. Las personas que deseen participar, deben acreditar un examen deportivo y llevar un comprobante médico con el que demuestren que se encuentran física y mentalmente preparados para vivir la experiencia, también deben contar con seguro médico, dar negativo a un examen antidoping que se realizar el mismo día del recorrido, y firmar un listado de cláusulas de 40 páginas, entre otros.

El costo del acceso es un costal con 23 kilos de comida para perro, que el propietario dona a un refugio de animales, según un artículo publicado en Harper’s Bazaar.

Una vez obtenido el pase, se da una dirección y una hora en algún punto de la ciudad, y a partir de ahí, comienza el juego, ya que los visitantes son “secuestrados” y llevados a la casa.

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