Ciudad de México – Excélsior
En la actualidad conseguir un trabajo no es nada sencillo. Una carrera, cursos en el extranjero y diplomas a veces no garantizan estabilidad económica. Esto se complica muchísimo más cuando se nace en un estrato con posibilidades casi nulas para salir adelante.
Tristemente por esta razón algunos optan por adentrarse al mundo de la delincuencia. Este es el contexto en el que viven “El cagalera”, “El moloteco” y “Sugheili” en la cinta ‘Chicuarotes’, de Gael García.
La película, que se desarrolla en San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, cuenta la historia de dos jóvenes que enfrentan el día a día sin un trabajo formal en un mundo lleno de violencia. Pensando en esto, deciden hacer hasta lo imposible para comprar una plaza en el sindicato y así tener ‘una vida fácil’.
En entrevista telefónica, Gael García expresó que la cinta no tiene que ver con la falta de recursos, sino con la ‘pobreza del espíritu’.
“Lamentablemente ese el mundo en el que vivimos. Ahora los niños crecen con esa mentalidad, sin valores. Los personajes culpan a la pobreza económica pero la pobreza del espíritu es el freno más grande que impide avanzar”.
Un personaje importante es Sugheili, cuyos diálogos son el optimismo de la cinta. Desafortunadamente, la joven es víctima de abuso sexual mientras busca ayudar a su novio ‘El cagalera’.
“Las mujeres son las voces más silenciadas desde siempre. Hoy tienen el poder de cambiar el mundo. La pantalla grande es una gran herramienta para empoderarlas y darle voz a su discurso”.
Dolores Heredia le da vida a una mujer que se deja maltratar por su marido con tal de que sus hijos tengan un plato de comida en la mesa.
Chicuarotes -producida por Thomas Benski y Diego Luna- se estrena HOY en México.
