Nada cuadra. Llevamos dos semanas con un aparato de gobierno volcado en mantenerse en gracia con Donald Trump y de todo lo demás… nada cuadra.
El 7 de junio supimos que libraríamos las amenazas arancelarias de Trump con un acuerdo migratorio que obligaba al gobierno mexicano a hacer la chamba que durante años no hizo: controlar los flujos migratorios de Centroamérica. Esa fue palabra de Trump.
Al día siguiente, sábado 8, todos a Tijuana. Unidad, himno nacional y funcionarios envueltos en el lienzo tricolor. Se habló de héroes y de historia.
Luego se sabría la realidad: el acuerdo migratorio no significaba sino atender las exigencias y regaños de la Casa Blanca; desplegar al Ejército y policía federal en la frontera con Guatemala para evitar más caravanas, y hacerse cargo (asilo, trabajo, educación y salud) de los centroamericanos que Estados Unidos regrese.
Todo bajo la permanente supervisión y evaluación de la Casa Blanca, que hacia finales del próximo mes de julio emitirán las primeras calificaciones. ¿Pasará el examen la cuarta transformación? Washington decidirá. Hoy, por lo pronto, todo es “amistad, amor y paz”. Esas son palabras de AMLO y Trump.
En esas andamos. Con un presidente concentrado en cumplir con sus tareas, ya hasta con cartera lista para invertir 100 millones de dólares para el desarrollo de El Salvador. Uy, ¡la luz que iluminará el mundo!, según Marcelo Ebrard.
Mientras tanto el empleo se cae; la economía sigue paralizada; son negativas las perspectivas de crecimiento; ya se apuntan de señales de recesión; no se ha resuelto el problema de abasto de medicinas en el sistema público de salud; los recortes al gasto público son de histeria y para la historia; la inseguridad y la violencia parecen invitadas especiales de la 4T, y…
Y un montón de corruptos ex funcionarios neoliberales de la mafia del poder señalados una y otra vez, contra los que no se hace nada, pero qué tal sirven para el cotorreo y el desmadre.
Nada cuadra. ¿O sí? !Ah! Se nos olvidaba: la popularidad del presidente. ¿Cómo anda este mes? Bien y de buenas.
Qué raro. Nada cuadra.
Aquí se queda… ¡Aquí entre nos!
