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Ciudad de México – Grandes Medios

Si has revisado las noticias recientemente, es muy probable que te hayas enterado que el cambio climático llegó a las nubes. Una investigación publicada en la revista Nature Geoscience señala el riesgo de que las nubes bajas —denominadas estratocúmulos y que no suelen causar precipitaciones— desaparezcan por la gran cantidad de carbono lanzado a la atmósfera.

Esta desaparición desataría mayor calor y podría subir las temperaturas del planeta hasta más de 8 grados Celsius.

Sin esa cubierta nubosa, nuestro futuro sería terrible. La Tierra se convertiría en un planeta hostil, con temperaturas infernales y una vegetación seca, muy parecida a la imagen del mundo de la película Mad Max. Esta investigación dio importantes luces sobre un tema que cada vez preocupa más a los científicos, ya que las nubes son claves para regular la dinámica climática y pese a ello, es poco lo que se sabe sobre el impacto que tienen.

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Lo cierto es que si las generaciones que están por venir pueden llegar a visualizar cómo estas nubes se van desvaneciendo, será algo de suerte. La investigación sigue el comportamiento del dióxido de carbono si llegara a incrementarse a 1.200 partes por millón (ppm), lo que significa tres veces la cantidad actual. Esto es posible desde el punto de vista técnico, aunque la verdad es que el cambio climático podría marcar el fin de la humanidad mucho antes de que se llegue a esos niveles.

En definitiva, las políticas globales frente al calentamiento climático harán que la Tierra se caliente más de 3 grados, pero en ese tránsito veremos catastróficas situaciones puntuales.

“La conclusión es: por favor, asústate por las 1.200 ppm y todo lo que ocurrirá hasta llegar ahí, no porque las nubes vayan a desaparecer”, advierte Kate Marvel, quien modela nubes en el Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA. Marvel considera que el informe merece mayor atención y es a todas luces, interesante y revelador.

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A continuación, el top de las situaciones futuras que deberías saber y que seguramente veremos antes de que se esfumen las nubes bajas.

1. Pérdida acelerada del hielo y elevación del mar

La Organización de Naciones Unidas advierte que cerca de 2.400 millones de personas tienen sus viviendas ubicadas a menos de 100 kilómetros de la costa, mientras que cada vez se ven más pobladas estas zonas. La situación resulta alarmante, dado que la subida del mar los llevaría a refugiarse al interior o enfrentar los riesgos.

La subida del nivel del mar ha causado el desvanecimiento de islas y una intensificación mortal de las tormentas mucho más peligrosas cuando se vinculan a los ciclones, y todo indica que se irá agravando.

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Bob Kopp, especialista en el aumento de los niveles del mar y catedrático de la Universidad de Rutgers refiere que en la actualidad veremos cómo se desvanece el hielo antártico cuando ocurran los 2-3° de calentamiento, “un nivel que alcanzaremos mucho antes de llegar a los 1.200 ppm”, puntualizó.

El deshielo de la Antártida occidental amenaza con empeorar y salirse de control (aunque ya esto ha comenzado), lo que elevaría el nivel de las aguas 3 metros. Aunque alcanzar ese nivel podría demorarse mucho tiempo, para Kopp el problema es que “hay un riesgo bastante razonable de que alcancemos los 2 metros o más” en menos de 100 años. Sea como sea, apenas se desate esta serie de eventos no habrá vuelta atrás por lo que la movilización de habitantes hacia zonas más altas cambiará completamente el panorama en todos los continentes.

2. Menos oxígeno en los océanos

En la lista también figura el destino de los océanos. Los mares de todo el planeta se están quedando sin oxígeno; en apenas medio siglo ya se han perdido 77 mil millones de toneladas de oxígeno, acelerando la aparición de las denominadas áreas muertas en varias partes del planeta. Todo esto está vinculado con el cambio climático debido a que las corrientes más calientes aportan menos oxigenación. Y como las especies marinas requerirán más oxígeno a medida que los mares se vuelvan más calientes, sucederá lo contrario, es decir, tendrán menos oxígeno para sobrevivir.

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La investigadora del Centro de Investigación Smithsonian, Denise Breitburg, habló sobre este tema en un trabajo importante publicado a principios de 2019 y en el que hizo una comparación usando el slogan antiguo de la Asociación Americana de Pulmón ‘cuando no puedes respirar, nada más importa’. Aunque no era su interés afirmar que la reducción del oxígeno es más alarmante que el analizar las nubes, destacó que el problema debe preocuparnos a todos ya que “podemos ver grandes cambios con el calentamiento que ya hemos visto”.

En definitiva, esto nos da a pensar en lo siguiente: es posible que observemos océanos sin vida, con temperaturas cada vez más altas y que crezcan más antes de que podamos despedirnos de las nubes bajas. Excelente.

3. Oleadas mortales de calor

Entre los efectos del cambio climático y que son más obvios se encuentran la elevación de la temperatura. Las oleadas de calor mortal irán acentuándose y seguirán propagándose como un virus. Algo muy malo. Mientras más se eleve la temperatura, más personas sufrirán esta catástrofe.

Sólo en 2017, en el planeta se reportó la pérdida de 153 mil millones de horas laborales a causa de las olas de calor. Y en condiciones de altas temperaturas, la capacidad de aprender de los niños se reduce drásticamente. Ambos factores impactan negativamente en la productividad de cualquier país. A quienes esto no les parezca suficiente, hay más: otras investigaciones advierten que las cifras de ataques de los delincuentes se elevan en los meses y días más calientes, lo que podría hacernos pensar que terminaríamos matándonos entre todos por una masiva demostración de ira a causa del cambio climático.

Otra situación para preocuparse es que el calor extremo impide que las plantaciones claves prosperen. Si el planeta se vuelve 2 grados más caliente, lo cual es muy probable según las advertencias del Acuerdo de París, podrán desplomarse hasta en 18% los cultivos de maíz en los Estados Unidos. En otras naciones sufrirán caídas similares, agravando los peligros sociales por la imposibilidad de garantizar la seguridad alimentaria de todos los habitantes.

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4. Uso de la Geoingeniería

Antes de alcanzar los 1.200 ppm, las temperaturas se tornarán muy calientes. Realmente muy calurosas. Esto pone en el tapete la posibilidad de tapar el sol, algo que muchos científicos creen factible. Ante esta salida de geoingeniería, para muchos inevitable, llama la atención que nadie ha demostrado capacidad real para detener las emisiones de carbono.

Y si bien es cierto que la geoingeniería podría hacer más frío al planeta, esto impactaría en los ciclos de las precipitaciones. Otros efectos: los océanos se acidificarán más de manera descontrolada por las emisiones sin cesar de carbono y ante la posibilidad de bloquear el sol no hay que olvidar que las cosechas responden de manera desfavorable en condiciones de menor exposición solar.

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