Morelia, Michoacán – José Cacho
Hoy todos los albañiles festejan un año más el Día de la Santa Cruz, con la presentación de este símbolo religioso para su bendición en el templo de San Diego en la capital michoacana.
Como cada año, los albañiles de manera individual o en grupo asisten a los diferentes recintos religiosos para celebrar misa, agradecer por los trabajos dados en el año y llevar las diferentes cruces adornadas vistosamente para que sean bendecidas, para colocarla en las diferentes construcciones que llevan acabo.
Los diferentes encargados de obra acudieron con sus chalanes quienes abarrotaron las inmediaciones del templo guadalupano cercano al jardín Morelos, que además de cargar con la cruz que los protegerá durante el resto del año, también llevaban algunos de sus instrumentos de trabajo para que sean bendecidos con la devoción de que construyan obras a mano firme.
Entre cantos y rezos pasaban los obreros quienes presumían de su creatividad con las diversas cruces, otros más compraban la suya de último momento con los comerciantes que las ofertaban a un lado del templo.
De igual forma, hoy es reconocido como su día, por lo que los albañiles también festejarán su oficio en las respectivas construcciones en las que trabajan, no sin antes llevarse la bendición y pedir que sus plegarias sean escuchadas durante la celebración.
Tras ser bendecido el artefacto, que alguna vez fue símbolo de tortura romana y que ahora se convirtió en la imagen de la Iglesia Católica, los constructores llevarán la cruz para colocarla en lo más alto de su obra, además de festejarse con las ya tradicionales carnitas, así como con algunas cervezas, para después continuar con la construcción del progreso de la capital michoacana, pues sin su esfuerzo, la ciudad no sería lo que es el día de hoy en cuanto a su infraestructura.
La tradición dicta que un 3 de mayo del año 326 d. de C., la madre del emperador romano Constantino, Santa Helena, encontró los restos de la cruz donde fue martirizado Jesús.
Siglos después, con la evangelización de la Nueva España, se impuso esta festividad entre las comunidades agrícolas. Con el tiempo, muchos de los campesinos emigraron a las ciudades, dejaron de trabajar en el campo para tomar el oficio de la albañilería, pero continuaron festejando este día entre sus comunidades.
Es así que con el transcurso de los años empezó a colocarse una cruz en las construcciones donde ellos trabajaban y así se fue conformando esta tradición que con mucho orgullo festejan el día de hoy en Morelia.