Ciudad de México – El Universal
El incendio que arrasó parte de la catedral de Notre Dame de París fue apagado este martes, aunque persisten dudas sobre la resistencia de la estructura de este símbolo de la cultura europea y testimonio de la historia de Francia, que empieza a arrimar el hombro para reconstruirla.
Millones de personas en todo el mundo siguieron horrorizadas la evolución del fuego que ardió intensamente durante más de 12 horas, tras haberse iniciado en la parte superior de la catedral gótica, destruyendo parte de la cubierta y su emblemática aguja.
Por la mañana, el portavoz de los bomberos de París, Gabriel Plus, anunció que “todo el fuego está apagado”.
Las autoridades privilegian la pista de un accidente “potencialmente ligado” a las obras de renovación de la techumbre. “Nada apunta a un acto voluntario”, indicó el fiscal de París, Rémy Heitz.
Una quincena de obreros que estuvieron presentes en la catedral el lunes empezaron a prestar declaración.
Mientras tanto, los bomberos seguían trabajando ante la mirada compungida de parisinos y turistas que se acercaban para ver con sus propios ojos el estado de la catedral, situada en el corazón de París, a orillas del Sena.
Plus detalló un balance material “dramático”: “todo el tejado está siniestrado, toda la armadura quedó destruida, una parte de la bóveda se derrumbó, la aguja ya no existe”.
Las dos torres emblemáticas se mantuvieron en pie, así como el gran rosetón de la fachada sur, pero una puerta abierta de par en par dejaba entrever un montón de escombros ennegrecidos y algunas vigas de la armadura caídas.
La alcaldía de París puso en marcha una operación para “salvar todas las obras de arte”.
La corona de espinas y la túnica de San Luis, dos de las reliquias más importantes, están a buen resguardo, afirmó monseñor Patrick Chauvet, el rector de la catedral.
Una de las preocupaciones este martes era el estado de la estructura de la catedral que empezó a construirse en el siglo XII.
La estructura “resiste” pero se han detectado “vulnerabilidades” en el edificio, en particular “en la bóveda y en un piñón del transepto”, explicó el secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, tras una reunión con expertos arquitectos.
Los bomberos penetraron “con mucha valentía” durante la noche en las torres para combatir el siniestro desde dentro y “evitar justamente que se derrumbasen”, explicó Núñez.
“Se ha evitado lo peor”, dijo el lunes por la noche el presidente Emmanuel Macron a los pies de la catedral.
“La reconstruiremos”, agregó, visiblemente emocionado.
Restaurar el edificio necesitará “años de obras”, estimó el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, Eric de Moulins-Beaufort.
El fuego quemó la armadura de madera del techo de más de 100 metros de longitud, conocido como “el bosque” por el gran número de vigas que hubo que utilizar para instalarlo, así como la aguja de 93 metros de alto, uno de los símbolos de París.
La catedral de Notre Dame es el monumento histórico más visitado de Europa, con entre 12 y 14 millones de visitantes anuales.
La Fundación del Patrimonio, una organización privada que trabaja por la salvaguarda del patrimonio francés, lanzó el martes una “colecta nacional” para la reconstrucción de la catedral, que podría durar años -o incluso décadas- y costar cientos de millones de euros. El martes al mediodía ya había recaudado unos 1,6 millones de euros.
A esa cantidad se suman el cheque de 50 millones de euros firmado por la alcaldía de París y otras donaciones privadas como las de dos de las familias más ricas del país, los Arnault (200 millones) y los Pinault (100 millones), o la de la petrolera Total (100 millones).
Pero la solidaridad no se limitaba al territorio francés. El rey de Krindjabo, capital del reino de Sanwi, en Costa de Marfil, anunció que donará dinero para reconstruir el templo parisino, donde en los años 1700 fue bautizado un príncipe de su reino.
También ofreció 10.000 euros la ciudad húngara Szeged, en agradecimiento por la ayuda que recibió de la capital francesa tras una inundación que la devastó hace más de un siglo.
El papa Francisco apeló a la “movilización de todos” para reconstruir esta “joya arquitectónica”.
La UNESCO, con sede en París, prometió por su parte trabajar con Francia para restaurar la catedral, inscrita desde 1991 en su lista de Patrimonio de la Humanidad.
“Esta Dama estaba aquí desde hace 840 años. ¿Cómo haremos para reconstruirla? Los que la construyeron ya no están aquí… ¿Conocemos todos sus detalles, sus secretos?”, se interrogaba Christelle, una estudiante, mientras contemplaba entristecida el monumento.
Notre Dame acompañó la historia de París desde la Edad Media. Sus campanas anunciaron el 24 de agosto de 1944 la liberación del yugo de los nazis y en ella se celebraron los funerales de varios jefes de Estado como Charles de Gaulle o François Mitterrand.