Ciudad de México – El Financiero
Si hay una bebida que se apodera de la primavera es la cerveza. Los festivales cerveceros se multiplican, ya que en ellos no sólo se pueden probar variedades nacionales y extranjeras, sino que también cuentan con oferta gastronómica, artesanal y musical.
“Para esta temporada es ideal, refrescante y amable al paladar. Se puede beber a toda hora, es fácil de llevar y no representa un gasto excesivo, por eso es la reina de la primavera”, expone sobre las cualidades de la bebida José Alfonso Torres, director del Cervefest, que este fin de semana celebrará su octava edición.
Es una bebida que invita al disfrute al aire libre y en compañía de amigos. Las tardes soleadas y la posibilidad de convivir en un jardín son otros de los atractivos de los festivales, en donde tienen cabida marcas comerciales y cervezas de autor.
Otro de los factores para que este tipo de eventos se multipliquen es la proliferación de cervecerías artesanales y la necesidad de exposición de sus productos, que en la mayoría de los casos se conocen sólo en su localidad porque no tienen tanto presupuesto para su exposición.
“Hay opciones verdaderamente bien logradas que son difíciles de probar. El paladar mexicano acepta muy bien la cerveza, tan es así que de ocho años a la fecha se han multiplicado las cervecerías en todos los estados del país”, agrega Torres.
Por ello el abanico de posibilidades es amplio. Con sólo cuatro ingredientes -agua, malta, lúpulo y levadura- se pueden hacer maravillas, afirma Eugenio Romero, quien de ser aficionado a la bebida, ahora como cervecero encabeza Wendlandt, marca de cerveza artesanal que se hace en Ensenada, Baja California, y que ya vende al mercado estadounidense.
“Lo que siempre le recomiendo a la gente es que mantenga la mente abierta y no se case con una etiqueta o un estilo. Hay que probar las de barril, las de botella y hasta las latas, todas las experiencias son distintas”, agrega Romero, quien vende sus productos en todas esas presentaciones.
Cuenta con ocho etiquetas diferentes, pero hay ediciones especiales que dependen de la estacionalidad. El último trimestre del año pasado lanzó un par de opciones, Juicy Brut Ipa, una cerveza cítrica con sabor a naranja, y la Churro Golden Stout, con cacao orgánico, canela, vainilla, café de Nayarit y churros. Este mes, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la marca presenta Pink Flaminga, estilo brut rosé.
Otro ejemplo de las cervecerías artesanales que se han expandido por la calidad de sus productos es Monstruo de Agua, que se promociona como “la chela endémica de Tenochtitlán”, y cuyo logo es un ajolote. Tiene siete etiquetas y se distingue por sus mezclas híbridas, en las que usan hierbas, frutos y especias nacionales como aguamiel de maguey, miel de abeja, cedrón, naranja agria, jamaica y té de limón, entre otros.
“Nuestra producción es reducida, pero nuestra fortaleza está en la diversidad, en hacer productos con calidad”, explica Matías Vera-Cruz.
Sin excusas, tómate una espumosa bien fría.
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