El Tercer Ojo
Por Arturo Tzintzun Mora
Este pasado 8 de marzo se conmemoró el “Día Internacional de la Mujer”; ciertamente algunos de los mexicanos entienden el concepto como un festejo donde hay que ir con su pareja a celebrar e incluso darle algún presente; por supuesto que ese tipo de detalles siempre son bienvenidos en una relación, pero no se trata de un festejo sino de un llamado de atención que trasciende a la relación de pareja.
Alrededor del mundo se realizaron marchas de protesta, incluso en Morelia se efectuaron varias en el mismo día, organizadas por distintos grupos de activistas sociales y organismos no gubernamentales que luchan por la equidad de género.
La exigencia es la misma, llamar la atención de las desigualdades con las que viven la mayoría de mujeres en el mundo y donde incluso fuera de la ley, no porque sean delincuentes sino porque los marcos legales les son adversos, ya ni siquiera pensamos en injusticias, sino en severas adversidades legales por el hecho de ser mujer.
Que tal el regalo que les propinó el estado de Nuevo León, que un par de días antes penalizó el abortó con severos castigos, incluso en casos de violación; la mujer no solamente pasa por el trauma de ser violentada en su cuerpo de manera involuntaria, sino además tiene que traumatizarse emocionalmente al tomar la decisión de un aborto.
Por si no fuera suficiente el tormento, todavía tiene que pasar por el tormento de la acción médica, luego por el infierno de la cuestión familiar, sigue el camino del sufrimiento con el encarcelamiento y como cereza en el pastel sufrir en carne viva el abandono de los hijos pequeños que se quedan en la calle mientras ella está purgando una pena en prisión.
En el caso de las acciones tomadas por el gobierno del estado de Michoacán, en busca de reducir la brecha de inequidad entre los hombres y las mujeres, es posible destacar varias que -vale la pena decirlo- sitúan a la entidad como referente nacional en políticas públicas de atención a las mujeres.
El programa “Palabra de Mujer” ha permitido que varias féminas logren llevar la emprenduría a buen puerto y hacerse cargo de su familia, ya que tienen acceso a créditos para erigir microempresas, a los que no tienen acceso en el sistema bancario, además de condiciones accesibles.
El Centro de Justicia Integral es un desarrollo donde se brinda asistencia jurídica psicológica y médica a féminas víctimas de violencia, uno de los resultados más importantes de la administración de Silvano Aureoles Conejo, si se toman en cuenta los altos índices que muestran las acciones de agresión sufridas por las mujeres y que generalmente son propiciados por sus propios familiares.
En este mismo tenor se puso en funcionamiento una Fiscalía especial para atender de manera directa los delitos contra mujeres. Hay también un “Ministerio Público Itinerante” que pretende fomentar la cultura de la denuncia en las comunidades más apartadas, pues aunque parezca mentira, el solo traslado es un motivante para que las mujeres soporten vejaciones.
No es posible dejar de lado la “Declaratoria de Alerta de Género” que se ha dado en 14 municipios, para intensificar en esas localidades una estrategia conjunta que reduzca los índices delictivos contra las mujeres, así como el “Observatorio de Medios de Comunicación en materia Perspectiva de Género y Derechos Humanos”, este último está por concretarse y se esperan buenos resultados a favor del sector femenino en Michoacán.
Por eso, el 8 de marzo no es de celebración, es de reflexión y concientización ante un problema que exige acciones concretas y firmes. Otros estados bien podrían voltear a ver lo que se está haciendo en Michoacán.
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