Morelia, Michoacán – José Cacho
Uno de los temas más espinosos que están sobre la mesa de negociación entre los gobiernos federal, estatal y la sección 18 de la CNTE, es la auditoría al gasto en el sector educativo, que incluiría todos los montos y partidas que se destinan al pago de bonos y minutas que la administración estatal, en diversos periodos, ha firmado con la representación sindical.
En la relación de compromisos minutados que repercuten en gastos de operación de la Secretaría de Educación del Estado (SEE) destaca, al respecto, que entre 2002 y 2005 se firmaron diversas minutas con la CNTE que comprometieron recursos por 133 millones 94 mil 200 pesos; al cierre del ejercicio 2017, esas mismas minutas, ya representaban 365 millones 695 mil pesos.
Los recursos destinados al magisterio a partir de esos acuerdos se dividieron en uniformes; becas de aprovechamiento; programa de desarrollo lingüístico e impresión de libros; escuelas experimentales integrales; material para mantenimiento, equipamiento y material didáctico; útiles escolares; becas de transporte; centro sindical de investigación e innovación educativa; centros para el desarrollo de la creatividad; alfabetización popular y calzado.

Puestos sobre la mesa, hay recursos que se destinan a la dirigencia de la sección 18, cuya distribución y ventajas son poco claras, de acuerdo a lo expuesto en la mesa tripartita.
Documentos de la dirección de Programación y Presupuesto de la Secretaría de Educación indican al respecto que hay compromisos minutados que en ese periodo de 12 años se duplicaron, triplicaron o cuadruplicaron, y de los que no hay rendición de cuentas ni claridad en su ejercicio.
Por ejemplo, los Centros para el Desarrollo de la Creatividad, que se crearon en el año 2004, empezaron con un recurso de 3 millones de pesos anuales; al cierre de 2017, ya había crecido a 13 millones 500 mil pesos.
La minuta donde se acordaron esos centros para el desarrollo de la creatividad fue firmada, por parte del gobierno estatal, por los secretarios de Gobierno y de Educación, Enrique Bautista y Manuel Anguiano, respectivamente.

Las becas de aprovechamiento, firmadas en 2002 por el secretario de Educación, Egberto Bedolla, pasaron de 22 millones 599 mil 200 pesos a 43 millones de pesos en 2017.
Sobresale también el crecimiento en el gasto que han tenido las escuelas experimentales integrales, que de 4 millones 500 mil pesos en 2003, pasaron a 33 millones al cierre de 2017. La minuta fue firmada por Leonel Godoy, entonces secretario de Gobierno, y por el mismo Bedolla.
En ese mismo año (2003) se firmó otra minuta con la CNTE, la del programa de desarrollo lingüístico e impresión de libros, que empezó con 3 millones de pesos, y para 2017 representaban gastos de operación por 56 millones de pesos.
Dentro de esa relación de compromisos minutados, el rubro de útiles escolares es el que más recursos tiene asignados en el gasto: 85 millones de pesos, al cierre de 2017, mientras que cuando se firmó (también en 2003), empezó con 60 millones de pesos.
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