Morelia, Michoacán.

El ataque del dióxido carbono generado, principalmente, por los vehículos automotores que circulan en Morelia, tienen a la capital michoacana en la antesala de una crisis ambiental. Y si bien, las políticas públicas han resultado efectivas para rescatar el aire limpio en otras entidades, como sucedió en la Ciudad de México, en Michoacán, aún no se han instrumentado estrategias de combate a la polución que se respira.

De acuerdo al rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Medardo Serna González, en 1980 se contabilizaban 340 partes por millón, de dióxido de carbono en el aire atmosférico, mientras que, a la fecha, suman ya 400 partes por millón las producidas.

La capital michoacana está en el momento adecuado para voltear la vista al 2014, cuando el Gobierno de la Ciudad de México realizó un estudio denominado “Análisis histórico de los beneficios en la salud de la población asociados a la calidad del aire en la Ciudad de México durante 1990- 2012”, con el propósito de identificar las afectaciones a la salud de la contaminación ambiental y, asimismo, delinear nuevas políticas para reducir la polución en el aire.

Este estudio concentró el trabajo de destacadas instituciones como la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, el Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller de Harvard, Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente y el Instituto Nacional de Salud Pública, todo ello coordinado por la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Salud de la CDMX.

Dicho análisis permitió conocer que, si bien a fines de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado, la Ciudad de México fue considerada una de las megaciudades más contaminadas del mundo, en dos décadas logró reducir sus niveles gracias a la implementación de estrategias específicas que se volvieron norma y que hoy por hoy, derivan en una mejora en la calidad del aire.

Pero, ¿cuáles fueron esas políticas? Los Programas de Contingencias Ambientales, el Hoy No Circula y la Verificación Vehicular.

Estas acciones se entrelazaron y a la fecha, han permitido controlar las emisiones contaminantes con la aplicación de tecnologías avanzadas y la exigencia de dar mantenimiento continuo a los vehículos tanto de la CDMX, como los de las áreas urbanizadas de las entidades vecinas.

Las mismas estrategias han fomentado la introducción de vehículos nuevos y automotores en circulación que cumplen con los estándares de emisiones.

Así, se logró reducir las alertas de contaminación, al pasar de 33 por año en 1992, a cero entre 2006 y 2014.

MORELIA, A UN PASO DE LA CRISIS: MEDARDO

Contrario a lo acontecido en la Ciudad de México, en Morelia, en lugar de disminuir la cantidad de contaminantes en el aire, en las últimas décadas aumentó, con el consecuente incremento de enfermedades asociadas a este fenómeno climático.

Medardo Serna González, rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, y estudioso investigador del tema, refirió cómo en 1980 se contabilizaban 340 partes por millón, de dióxido de carbono en el aire atmosférico, mientras que, a la fecha, suman ya 400 partes por millón las producidas.

Estos datos ¿qué nos dicen?, que debemos replicar el ejemplo de la Ciudad de México e implementar acciones contundentes para mejorar la calidad del aire y la salud de la población.

Y esa es una tarea tanto de gobiernos, como de la sociedad en conjunto si queremos rescatar y heredar un ambiente más sano.

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