En su peor crisis, los panistas eligen este domingo dirigente nacional

Morelia, Michoacán.- En lo que apunta a una elección simulada, con resultado ya pactado entre los gobernadores y el grupo de los anayistas, que actualmente controlan el CEN del PAN y su padrón de militantes, los panistas elegirán este domingo entre Marko Cortés Mendoza y Manuel Gómez Morín a quien será su dirigente nacional para los próximos tres años.

El panismo llega a esta elección en la peor crisis de su historia, evidenciada no tanto por su caída en las preferencias electorales, sino por la división, prácticas clientelares, corrupción y anulación de la democracia interna que ha caracterizado al partido en los últimos años.

Internamente, en Acción Nacional domina la acusación, la desconfianza y el canibalismo entre sus cuadros dirigentes, que tuvo su climax cuando Ricardo Anaya se apoderó de la candidatura presidencial y orilló a la renuncia de Margarita Zavala.

El panismo terminó por hundirse entre sus propios simpatizantes y militantes con la alianza que los anayistas pactaron con el PRD y MC para los pasados comicios federales. Los resultados son elocuentes: el antes llamado joven maravilla tuvo la peor votación de los últimos cuatro candidatos presidenciales, incluyendo a Josefina Vázquez Mota en 2012, y el partido tiene su más baja y desdibujada presencia en el Congreso de la Unión en tres décadas.

Así llegan, pues, a esta elección, con dos candidatos a la dirigencia nacional que además, según las más variadas opiniones -internas y externas-, carecen de liderazgo y experiencia para tomar las riendas del partido, sobre todo en estos tiempos de crisis.

Ni el michoacano Cortés ni el nieto del fundador del partido prendieron en este proceso interno. Ningún medio los tomó en serio ni les dio mayor cobertura. Terminaron como empezaron: grises, en el descrédito, sin propuestas ni historias personales que trascendieran.

Y como si algo faltara a los tiempos aciagos que vive el PAN, lo más importante de este proceso ha sido el anuncio de Felipe Calderón de fundar el próximo año un nuevo partido. La ruptura definitiva.